Causó estremecimiento en los ámbitos laborales, periodísticos y culturales de la Sultana, el lamentable deceso César Vallejo. Es doloroso aceptar que su figura, su presencia terrenal se reabsorbió en el fluido espiritual, sutil, invisible, imponderable marcando el final de su existencia en medio del silencio de los sueños, en el instante preciso que la dialéctica del tiempo amasa los amaneceres y los ocasos de la vida y de la muerte.
César Vallejo Zambrano (19 de noviembre de 1936), de las aulas del centenario colegio Maldonado, pasó a caminar desde muy joven por los senderos paralelos del tren de Alfaro en posiciones de alta responsabilidad. Hombre polifacético, amó y labró la tierra en la Hacienda Pull de Guamote, donde perdió una de sus extremidades inferiores y también prestó servicios relevantes en el desaparecido diario El Espectador.
Cuando la fundación del Diario Regional Independiente “Los Andes”, su visión, profesionalismo, verticalidad, patriotismo y honestidad en su desempeño como Jefe de Redacción constituyeron un puntal para la tarea comunicacional diaria del Rotativo, junto al exeditor de El Comercio, Gabriel Ortiz y destacados periodistas y columnistas que, ahítos de sueños y esperanzas con estilo y carácter, enarbolaron la bandera de un periodismo innovador y fresco para encontrar el rayo de luz de progreso, y esperanza para su pueblo y marcar nuevos y mejores destinos para la Región central del País, principalmente de Riobamba y Chimborazo.
Luego de haber franqueado los obstáculos vitales, se fue a lo insondable de la eternidad llevando en su portafolio de tránsito al más allá, credenciales de buen ciudadano, de excelente comunicador social, de buen padre de dos hijos y de buen compañero de vida hogareña compartida. Paz en su tumba.