La tarde del 3 de octubre, autoridades de control intervinieron un bar clandestino en el sector de La Dolorosa, en Riobamba, donde se desarrollaba una fiesta con presencia de decenas de adolescentes.
El local, ubicado en las calles José Joaquín de Olmedo y Zagrev, operaba sin permisos y expendía bebidas alcohólicas de dudosa procedencia. En el lugar se encontraron entre 50 y 60 personas, la mayoría estudiantes de entre 12 y 17 años, provenientes de al menos ocho unidades educativas de la ciudad. La situación generó preocupación debido al alcance del evento y a la evidente vulnerabilidad de los menores en un espacio no autorizado.
El operativo estuvo encabezado por la Comisaría Nacional de Policía, la Intendencia de Chimborazo, la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (DINAPEN).
Tras la intervención, el sitio fue clausurado y se confirmaron dos detenciones para fines investigativos. Durante la inspección, se incautaron botellas de licor y se verificó que el inmueble no contaba con condiciones mínimas de seguridad ni permisos de funcionamiento. La presencia de menores en este tipo de espacios fue uno de los factores decisivos para proceder con la clausura inmediata.
Los adolescentes fueron entregados a sus representantes legales bajo custodia de la DINAPEN. En tanto, la comisaria Jeanneth Maza y el intendente Marcelo Mancheno advirtieron que se intensificarán los controles en bares y establecimientos de entretenimiento en Riobamba, con el fin de evitar nuevos episodios.
Desde la Gobernación de Chimborazo se anunció que se iniciarán procesos administrativos y judiciales contra los responsables. Este caso abre nuevamente el debate sobre los riesgos de las fiestas clandestinas y la necesidad de un trabajo conjunto entre autoridades, instituciones educativas y familias para frenar el consumo de alcohol en menores de edad.
