Conductas indeseables individuales y colectivas

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Editorial

Hay conductas indeseables a nivel individual y colectivo. Mientras estos comportamientos sigan dándose en el convivir diario de una buena parte de la ciudadanía, donde los trúhanes, los pícaros, los maleantes, los bellacos, los corruptos de todo nivel hacen de las suyas, ante la indiferencia, miedo, inacción del pueblo, a nuestra Patria le espera un futuro sin futuro, muy difícil, embarazoso y peliagudo.

Las conductas colectivas indeseables más evidentes anidan en la Asamblea, en los organismos estatales de todo nivel donde reina la micro y macro corrupción, en los ministerios, en los consejos provinciales, en los gobiernos autónomos descentralizados donde periódicamente surgen grandes escándalos de corrupción.

Pero también hay otras conductas indeseables colectivas: la discriminación y el odio racial, comportamientos agresivos contra la naturaleza, irrespeto a los ancianos, siembra de violencia en las protestas y en los paros, terrorismo y narcotráfico, mala administración de la cosa pública, marginación de clases sociales, terrorismo amenazante, demagogia institucionalizada, amnistías ilegales, lavado de dinero, evasión de impuestos, incumplimiento de ofertas electorales, impunidad para los saqueadores de los fondos estatales, sobreprecios y coimas y un largo etcétera. Todo ello, sin mencionar la delincuencia común y organizada que azota al país.

En cuanto a las conductas indeseables individuales, es posible que ningún ecuatoriano esté libre de pecado, que ninguno sea capaz de lanzar la primera piedra. Posiblemente estén presentes en todos los espacios públicos y privados del territorio nacional donde la festejada y estimulada picardía criolla hace de las suyas en calles, plazas, parques, centros comerciales, oficinas, consultorios, mercados, tiendas de la esquina, estadios, lugares donde se dan numerosas conductas individuales indeseables. Ojalá que, en algún momento de la historia, se dé un viraje positivo hacia la eliminación de estas inconductas que tanto daño hacen a la sociedad. Viraje que, necesariamente, debe darse desde la educación.

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