El coronavirus tiene en vilo a los habitantes del planeta porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha catalogado de “muy alto” riesgo de contagio. El hecho de que Ecuador se convirtió el fin de semana en el tercer país latinoamericano en confirmar casos del coronavirus surgido en China y que ya cuente con seis pacientes afectados, puso a correr a los organismos oficiales y a la ciudadanía a estresarse.
El Gobierno, luego de hacer un llamado a la ciudadanía a informarse por canales oficiales y a enfrentar esta problemática con corresponsabilidad, decidió incrementar el control en aeropuertos, puertos y pasos de frontera, poniendo especial atención a los viajeros procedentes de China, Corea, Italia e Irán, países donde hay un alto número de paciente; en las escuelas y colegios, según el Ministerio de Educación, se han fortalecido los programas y acciones de prevención a fin de concienciar a los jóvenes sobre cómo evitar posibles contagios y con el fin de precautelar el bienestar de la comunidad educativa “si hay sospechas del virus, se tomarán medidas extremas”, todo dentro de un Plan Nacional activado para proteger a la población ante la enfermedad.
Por su parte, es vital que la población tome precauciones sanitarias como el aseo personal, el lavado de manos y el uso de pañuelos al estornudar. Es importante que la ciudadanía mantenga la calma, que siga las recomendaciones para disminuir los riesgos de contagio; que ejerza control sobre los pensamientos negativos.
Que estos problemas de salud mundial nos lleve a cambios definitivos en la conducta individual y colectiva, a desechar de una vez por todas las malas costumbres como estornudar atronadoramente frente a los demás y sin ninguna protección, a escupir en la calle, a manipular billetes para luego, manipular alimentos; a comprar y comer al aire libre y otras costumbres que atentan contra el aseo y la salubridad.
