9.1 C
Riobamba, EC
sábado, julio 26, 2025

Crisis climática no espera

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

La crisis climática ya no es una amenaza futura: es una realidad presente. Sequías prolongadas, inviernos destructores, olas de calor extremas, incendios forestales devastadores, pérdida acelerada de biodiversidad y el aumento sostenido del nivel del mar son solo algunas de sus consecuencias más visibles. Frente a esta evidencia, la gran pregunta es inevitable: ¿estamos haciendo lo suficiente?

Aunque los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, han sido pasos importantes, la realidad es que muchos países continúan priorizando el crecimiento económico sobre la sostenibilidad ambiental. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen en aumento en varias regiones, y la transición hacia energías limpias avanza, pero no con la urgencia que el planeta exige.

Los gobiernos, muchas veces atados a intereses económicos, actúan con tibieza. Las grandes corporaciones, responsables de una parte considerable de la contaminación global, invierten más en estrategias de “greenwashing” que en soluciones reales. Y los ciudadanos, aunque cada vez más conscientes, aún mantienen hábitos que contradicen la lógica del cuidado ambiental.

No se trata solo de reciclar o evitar el uso de plásticos, aunque son prácticas importantes. La crisis climática requiere transformaciones profundas en la forma en que producimos, consumimos y convivimos con la naturaleza. Necesitamos políticas públicas firmes, educación ambiental integral, inversión en ciencia verde y una ciudadanía activa que exija a sus líderes cambios reales.

La verdad incómoda es esta: no estamos haciendo lo suficiente. Lo que estamos haciendo no es proporcional al nivel de emergencia que enfrentamos. Y mientras sigamos actuando como si tuviéramos más tiempo del que realmente nos queda, las consecuencias seguirán agravándose.

Pero aún hay espacio para la esperanza. Porque cada acción cuenta, cada decisión suma. Este es el momento de pasar de las palabras a los hechos. De la inercia a la movilización. La crisis climática no espera, y nosotros no podemos permitirnos esperar más.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email