MUNDO
La Cumbre del G-20, que comenzó este lunes en Río de Janeiro, se vio marcada por nuevas tensiones derivadas del reciente ataque ruso a Ucrania, lo que ha puesto a prueba la cohesión de los países miembros del foro. Moscú lanzó el domingo un masivo bombardeo sobre Ucrania, cuyo principal objetivo fue la infraestructura eléctrica del país. Este ataque ha complicado aún más las negociaciones sobre el contenido final del documento que se discutirá en la cumbre, particularmente en lo que respecta a la guerra desatada por la invasión rusa en febrero de 2022.
En medio de la crisis, las delegaciones del G-7 han exigido una revisión del borrador previamente acordado durante largas negociaciones, pidiendo que se incluya una condena explícita a la invasión. Jonas Gahr Støre, primer ministro de Noruega, uno de los países invitados al evento, expresó su preocupación en declaraciones recientes, advirtiendo que el consenso en torno al conflicto ucraniano aún es incierto. “Es necesario ser realistas.
Los borradores no abordan adecuadamente los conflictos ni buscan soluciones claras. Si se quiere un acuerdo entre los 20 países, habrá que tener en cuenta todos estos problemas, no solo el de Ucrania”, señaló Støre, quien también mencionó otros conflictos internacionales como Gaza y Sudán.
La cumbre, que en su agenda incluye discutir temas de paz y cooperación global, enfrenta ahora la presión de varios países para revisar su postura hacia Rusia. Brasil, como anfitrión, había buscado evitar una condena directa a países específicos, pero las tensiones aumentaron con la negativa del presidente argentino, Javier Milei, a firmar un documento que no mencione de forma explícita la invasión rusa. Esta postura se suma a las de otras naciones del G-7, que han reiterado su apoyo a Ucrania.
En este escenario, las declaraciones del canciller alemán, Olaf Scholz, han añadido más complejidad al debate. En una entrevista, Scholz advirtió sobre los riesgos de ceder a “falsas soluciones” en el conflicto, haciendo un llamado a una paz que no renuncie a los principios de integridad territorial y justicia. “La paz sin libertad es opresión, y la paz sin justicia es dictadura”, afirmó el líder socialdemócrata, reafirmando el compromiso de Alemania con Ucrania.
En cuanto a la representación de Rusia en la cumbre, el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, acudió en lugar del presidente Vladimir Putin, quien se encuentra impedido de viajar debido a una orden de arresto internacional por crímenes de guerra. Esta situación ha generado un ambiente de desconcierto, dado que las conversaciones entre las principales potencias se desarrollan en un contexto de creciente polarización.
La tensión se mantendrá latente en los próximos días, mientras los países del G-20 luchan por encontrar una postura común frente a una guerra que no parece tener fin.