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viernes, enero 17, 2025

De ser campeón en el Maracaná de Río de Janeiro a jugar en el barrio Bellavista de Riobamba: la visita de dos ex glorias del fútbol ecuatoriano

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Ex glorias del fútbol ecuatoriano en los campeonatos de Bellavista

Los tradicionales campeonatos de fútbol del barrio Bellavista, sur de Riobamba, son conocidos por el alto nivel de los competidores. Esta es una de las razones, por la que despierta el interés de la ciudadanía y convoca un promedio de 100 espectadores por jornada, la cifra es más alta si se trata de partidos decisivos en instancias finales. 

Sin duda, parte del atractivo de estos torneos es la presencia de ex jugadores profesionales que pasaron por Liga, El Nacional, Emelec o Barcelona. Incluso, algunos con experiencia en el fútbol internacional y recorrido por la selección nacional. Es el caso de Luis “el Chucho” Bolaños, ex gloria de Liga de Quito y Christian “el diablito” Lara, ex gloria de El Nacional, que jugaron la noche del lunes en las canchas sintéticas del barrio Bellavista, representando a un equipo privado de la localidad. 

Luis Bolaños, actualmente, de 39 años es recordado por ser campeón del fútbol ecuatoriano en dos ocasiones (2003,2007) también, de la Copa Libertadores con Liga de Quito en 2008 y la Copa Suruga Bank en 2009. Participó en 12 partidos con la selección ecuatoriana y pasó por el fútbol brasileño, mexicano y norteamericano. Bolaños, también se puso la camiseta del C.D Olmedo en la temporada 2018.

Luis Bolaños, representando a un equipo barrial de Riobamba

En el caso de Christian Lara, de 44 años, es recordado por ser campeón del fútbol ecuatoriano en 2005 con El Nacional. Sin embargo, sus mayores logros fueron con los “albos”, ganando la copa Sudamericana y dos Recopas Sudamericanas en 2009. Actualmente, se dedica a formar y entrenar jugadores en Tulcán.

Christian Lara, ex jugador de Liga de Quito y El Nacional

Sin duda, el paso del tiempo denota el desgaste de estas dos exglorias del fútbol nacional, ninguno fue determinante en el partido y la habilidad que los caracterizaba parece ser un recurso agotado.

Sobrevive el buen nombre, pero la pólvora está consumida, es claro, sus mejores años ya pasaron y ahora disfrutan del fútbol barrial en compañía de sus amigos, ya sin presión, sin hinchada, pero con el recuerdo que quedó en la memoria de aquellos que los vieron siempre en televisión y ahora, sobre el gramado de la cancha de Bellavista.

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