CONTAMINACIÓN
Moradores de la Comunidad Cabeceras del río Bobonaza han alzado su voz ante los medios de comunicación para denunciar los altos niveles de contaminación que afectan gravemente a este río, que antaño se distinguía por sus aguas cristalinas. En la actualidad, la proliferación de chancheras, peceras y planteles avícolas a lo largo de sus riberas ha convertido al Bobonaza en una fuente de preocupación y riesgo ambiental.

Según los habitantes, la situación ha impactado no solo en la vida diaria de quienes residen cerca del río, sino también en la actividad turística de la zona. “Los turistas ya no vienen como antes”, señalaron algunos moradores, alarmados por el deterioro del paisaje natural que solía atraer a visitantes. “Ya no se puede ni nadar, mucho menos utilizar el agua para el consumo humano”, añadieron, subrayando que la contaminación ha alcanzado niveles que impiden incluso el uso recreativo de las aguas.
Lo que más inquieta a los residentes es la falta de respuesta por parte de las autoridades. A pesar de haber presentado sus reclamos formales a la Dirección Provincial del Ministerio del Ambiente, aseguran que no han recibido ninguna solución o respuesta a sus preocupaciones. “Lo más grave es que nadie está controlando la proliferación de estas actividades contaminantes”, lamentaron los denunciantes, quienes insisten en que el problema afecta no solo al río Bobonaza, sino a otros cuerpos de agua en la localidad.
Si bien es cierto que todos los ríos y esteros de la zona sufren algún grado de contaminación, los habitantes destacan que el caso del río Bobonaza es particularmente preocupante. La falta de controles efectivos sobre la cría de aves, cerdos y peces en las cercanías ha agravado la situación, poniendo en riesgo la salud de las comunidades ribereñas y el equilibrio ambiental de la región.