LIGAPRO
Deportivo Cuenca dio un golpe de autoridad que le permitió sumar tres puntos, manteniendo la ilusión que hace tiempo no se respiraba en el austro del país. El triunfo por la mínima (1-0) ante un combativo Mushuc Runa tiene implicaciones que devuelven la fe, apela al carácter y muestra a un equipo que, pese a sus limitaciones, quiere ser protagonista.

La victoria 1-0 de los “Morlacos” sobre el cuadro del “Ponchito” fue el reflejo de un partido que se cocinó a fuego lento, con roces, con más nervio que juego, pero que terminó definiéndose en el único instante de claridad colectiva que tuvo el equipo del Beto Araujo en la segunda mitad.
El cabezazo de Agustín Gómez, a diez del final, tras un tiro libre ejecutado por Tobar, puso más latente la ilusión de la hinchada cuencana. Deportivo Cuenca mostró una propuesta más ambiciosa, con intención de imponer condiciones, pero con poca efectividad en los últimos metros.
Luis Arroyo tuvo la más clara antes del descanso, en una jugada que bien pudo cambiar el rumbo del partido, pero su media vuelta no encontró red y dejó vivo a un Mushuc Runa que apostó al orden y al contragolpe como únicas armas para resistir en la altitud cuencana.
Cerrar espacios, friccionar en el medio campo y buscar alguna distracción rival para salir con rapidez fueron las disipaciones tácticas. Sin embargo, sus ataques resultaron intermitentes y previsibles. Esa falta de agresividad ofensiva fue lo que condenó a los ambateños a defender un empate, que parecía dar por bueno hasta los minutos finales.
La segunda mitad encontró a un Deportivo Cuenca más volcado, más urgente, incluso más desprolijo por momentos. Y fue justamente en ese contexto de asedio permanente, que llegó el tanto de Deportivo Cuenca, Gómez se elevó entre defensas y, con un certero frentazo, venció la resistencia de Medina.
Con este resultado, el “Expreso Austral” se ubica segundo en la tabla, a un punto del líder Independiente del Valle, y mantiene la posibilidad de cerrar la etapa clasificando al hexagonal. No obstante, no todo es color de rosa.
La falta de contundencia ofensiva sigue siendo una deuda pendiente, y el equipo no puede permitirse el lujo de desperdiciar tantas ocasiones como lo hizo en esta jornada. Además, la dependencia de la pelota parada para generar peligro puede ser un arma de doble filo si el rival cierra esos caminos.