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lunes, marzo 24, 2025

Día del Abogado Ecuatoriano                  

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Hoy se conmemora en Ecuador, el Día del Abogado que fue instituido el 20 de Febrero de 1950, en homenaje al nacimiento del connotado jurisconsulto Dr. Luis Felipe Borja.            

La complejidad de las interrelaciones sociales que se da en la convivencia humana puede generar conflictos que, a su vez, pueden romper las reglas, las normas, los principios de la conducta social, postulados que se inspiran fundamentalmente en ideales de justicia, igualdad, libertad. Este es el ámbito de acción del abogado, desde las diversas ramas del derecho en el ejercicio libre de su profesión o al servicio de los órganos del Estado.

El abogado, un ser idealista, probo y apasionado por su carrera, cree en la justicia y lucha por ella con fe, con pasión, desde la convicción de que el derecho es el mejor instrumento para la convivencia social, poniendo en juego toda su sabiduría jurídica, su experiencia acumulada y hasta su ingenio a favor de su cliente para demostrar su inocencia o para velar por el debido proceso.

La libertad, el honor, los bienes, los derechos de las personas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos están en manos de quienes ejercen esta noble profesión, en el marco de los procesos judiciales y administrativos determinados por la Constitución, las leyes y los reglamentos que rigen la vida democrática de una nación. En este contexto, los abogados de la República que se mueven en espacios de lealtad, ética, rectitud, honradez, nobleza, honestidad y otros valores inherentes a su noble profesión, bien merecen un saludo de respeto y admiración en su Día Clásico.

Más allá de que algunos abogados se han involucrado en casos de corrupción, hay que destacar que la labor de los profesionales del derecho es esencial para el correcto funcionamiento de la sociedad, ya que garantiza el acceso a la justicia, la protección de derechos y el cumplimiento de la legalidad. Su ejercicio profesional y su compromiso social hacen de esta una profesión clave en la construcción de un sistema democrático y equitativo, tarea dura para esta profesión que, en muchos casos, se encuentran con que la Constitución y leyes de la República, son letra muerta frente al poder político, sus protervos intereses y la “metida de la mano en la justicia”

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