En la presidencia de José María Velasco Ibarra, mediante Decreto N° 110, de 19 de junio de 1937, se declaró el día 24 de junio como el Dia del Chofer Ecuatoriano.
Miles de profesionales del volante, pese a ser su día, no dejaron de cumplir jornadas agotadoras, extensas, con una tremenda responsabilidad a cuestas, porque el conductor en las carreteras y calles de la ciudad, el chofer, es pieza clave en la dinamia de la patria y sus sectores estratégicos. La industria, el comercio, la agricultura, el turismo, el arte, la vida misma pasa por sus manos tras el volante en buses, camiones, tráileres, mulas y otras modalidades de transporte sobre ruedas que llegan a todos los rincones de la patria. Y lo hace con fortaleza, serenidad, solidaridad, con optimismo y alegría, con una actitud positiva; pero sobre todo, con plena conciencia de su rol en la sociedad.
Y claro, esa actitud vital positiva frente a la vida y el progreso de la nación debe prevalecer permanentemente en una profesión de altísima responsabilidad social, ligada a la vida misma del conductor, de su familia y a la de miles de sus clientes o usuarios. Su desempeño profesional, debe enmarcarse en el cumplimiento estricto de las leyes; teniendo presente que, como suele decirse con mucha verdad, en sus manos laboriosas está lo más preciado de todo ser humano: la vida.
Los sindicatos y sus líderes, integrados por destacados profesionales del volante, por su parte, no deben desmayar en su empeño de formar y capacitar permanentemente a las nuevas generaciones de choferes para que garanticen a la sociedad: seguridad, aseo, organización confort, puntualidad en la transportación de miles de ciudadanos que a diario requieren de este servicio.
Felicitaciones y los mejores augurios a los profesionales del volante en su noble tarea de dinamizar la economía nacional.