SUPERLIGA
Dragonas IDV han dejado de ser un equipo sólido para convertirse en una maquinaria dentro de la Superliga Femenina. Su victoria 4-1 sobre Emelec en Guayaquil, en el cierre de la jornada 12, su racha perfecta, el título 2025 parece tener dueña mucho antes del final de la fase regular.

El equipo dirigido por Gustavo Pineda no ha dejado escapar ni un solo punto en lo que va del torneo. Doce partidos, doce victorias, treinta y seis puntos. Es un dominio matemáticamente perfecto y futbolísticamente casi insultante, no por soberbia, sino por la diferencia de preparación, idea de juego y ejecución que separa a las sangolquileñas del resto de competidoras.
Ante Emelec, las Dragonas mostraron nuevamente sus condiciones. El marcador de 4-1 podría parecer amplio, pero no es la excepción: es la norma. Este equipo gana, golea, anula, arrasa y transmite una seguridad que pocos equipos, en cualquier categoría del fútbol ecuatoriano, logran consolidar.
El dominio que protagoniza IDV femenino también expone las falencias estructurales de la competencia. En lugar de ser una liga pareja y competitiva, la Superliga Femenina se ve desbalanceada, con una escuadra que actúa varios peldaños por encima del resto.
La pregunta que muchos se hacen no es si Dragonas van a clasificar, sino quién se atreverá a hacerle frente, al menos en las fases finales, más atrás se teje una disputa menor pero igualmente importante: la batalla por el segundo lugar.
En esa lucha, Barcelona ha comenzado a marcar diferencias. Su reciente triunfo 1-0 ante Deportivo Ibarra le permitió aferrarse a la segunda casilla de la tabla, aunque con un margen todavía vulnerable.
Las Toreras, sin el brillo de las punteras, han sido constantes. Bajo una propuesta más conservadora pero efectiva. En la tercera posición están las Guerreras Albas de Liga, otro equipo que ha mostrado buenos tramos de juego y consistencia defensiva, pero que todavía no logra despegar ofensivamente.