MINITRI
La selección ecuatoriana Sub 20 sufrió una derrota ante Colombia en la tercera fecha del Campeonato Sudamericano, el equipo dirigido por Miguel Bravo perdió por la mínima diferencia (1-0), dejando una imagen preocupante, con pocas ideas y falencias en la defensa.

El encuentro arrancó con una ligera esperanza para Ecuador, cuando en los primeros minutos Kendry Páez logró recuperar un balón en campo rival y habilitó a Keny Arroyo. Sin embargo, su remate fue defectuoso y el arquero colombiano evitó la apertura del marcador.
Esa jugada fue la única clara para la Tricolor en todo el primer tiempo, ya que a partir de ahí, Colombia impuso su ritmo y sometió al equipo ecuatoriano con una presión alta y un dominio absoluto del juego. La superioridad cafetera se hizo evidente en varios pasajes del partido.
Los dirigidos por Miguel Bravo no encontraban la manera de salir con claridad desde su campo y, cuando intentaban progresar, se topaban con un mediocampo que neutralizaba cualquier intento de asociación colombiana.
La falta de precisión en los pases y la poca movilidad de los delanteros ecuatorianos facilitaron la tarea del rival, que antes de la media hora de juego ya había generado varias oportunidades claras de gol. El arquero Christian Loor tuvo que intervenir en al menos tres ocasiones para evitar la caída de su arco, aunque la defensa ecuatoriana nunca logró ajustarse a la velocidad y agresividad del ataque colombiano.
Ecuador buscaba alguna respuesta a través de contragolpes aislados, siendo Bruno Caicedo el único que logró generar cierto peligro. En una de las pocas aproximaciones, el extremo tricolor se desbordó por la izquierda y envió un centro preciso para Arroyo, pero el remate se estrelló en el poste, en lo que fue la última llegada de la Tricolor en la primera mitad.
La presentación del equipo dejó muchas dudas, especialmente por la falta de variantes tácticas de Bravo, la desconexión en el mediocampo y la vulnerabilidad defensiva. Si Ecuador quiere seguir en carrera en el Sudamericano, deberá mejorar su rendimiento y encontrar respuestas en el juego, algo que hasta ahora ha sido su principal deuda.