
La noche del 28 de enero de 2025, un avión militar aterrizó en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil, trayendo a bordo a 80 ecuatorianos deportados desde Estados Unidos. Este fue el segundo vuelo del día, ya que otro avión con 122 compatriotas había llegado al mediodía. Los deportados, que se encontraban en situación migratoria irregular, compartieron sus desgarradores testimonios sobre las condiciones en las que fueron retornados al país.
Patricia, una mujer de 50 años oriunda de Cuenca, relató las duras condiciones que enfrentó durante su deportación. «Nos deportaron encadenadas, sin permitirnos hacer una llamada para avisar a nuestras familias. Nos dieron comida fría, pero ¿cómo íbamos a comer con las manos y pies atados? Fuimos tratadas peor que animales», afirmó con indignación. Patricia, quien trabajaba como financiera y decidió emigrar debido a la falta de oportunidades laborales en Ecuador, denunció que fue tratada «como una criminal» durante el proceso de deportación.
Patricia contó que pasó dos semanas durmiendo en carpas en un campamento de indocumentados en Texas, tras ser capturada al cruzar la frontera de México. Desde el lunes 27 de enero, los ubicaron en un «cuarto insalubre» previo a su deportación. Desde las 7:00 de ese martes, los encadenaron de manos, cintura y pies, pasando más de 13 horas encadenados hasta que el avión militar llegó a Guayaquil pasadas las 20:30. «Tenías que ir al baño caminando como un monstruo», dijo. Las cadenas de los pies les fueron retiradas una hora antes de llegar a Guayaquil, mientras que las de las manos fueron retiradas cuando el avión se detuvo.
Patricia también lanzó críticas contra el Gobierno ecuatoriano. «¿Dónde está el trabajo? ¿Dónde está la seguridad? Dice que estamos bien, pero la realidad es que no hay oportunidades para personas como yo», expresó. La mujer invirtió USD 10.000 en su viaje, arriesgando su vida durante 12 días a través de México y El Salvador, enfrentando desiertos, pumas y serpientes, pero al final, todo fue en vano.
El Gobierno de Ecuador informó que más de 32.000 migrantes ecuatorianos han sido deportados entre 2023 y 2024 en vuelos procedentes de Estados Unidos. La Cancillería ecuatoriana activó protocolos interinstitucionales con los Ministerios de Inclusión Económica y Social, del Interior, de Salud Pública y la Cruz Roja para ofrecer asistencia primaria y especializada a cada persona deportada.
Otro migrante, Paulo, de 38 años, vivió momentos de terror al pasar ocho días con las manos atadas y en un espacio frío. A diferencia de otros migrantes, a él lo confundieron en la frontera con un hondureño buscado por la justicia de ese país y lo mantuvieron en el centro de retención de El Paso de esa manera. Paulo relató que las esposas les fueron retiradas solo 20 minutos antes de aterrizar en Guayaquil, lo que limitó su movimiento dentro del avión.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que la deportación masiva es parte de la política migratoria del presidente Donald Trump, quien prometió actuar contra la migración irregular durante su campaña. El pasado 24 de enero, Estados Unidos arrestó a 538 migrantes ilegales y deportó a cientos en lo que la Casa Blanca presentó como «la mayor operación de deportación de la historia».
Los vuelos de deportación enviados por el Gobierno de Estados Unidos se han realizado desde el año 2005, con un incremento en su frecuencia durante los últimos años. En 2023, 18.449 ecuatorianos fueron deportados, y en 2024, la cifra fue de 13.589 personas.