EDITORIAL: El Día del Padre

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El Día del Padre

Día del padre
Feliz día Papá.

El tercer domingo de junio, Día del Padre, acaso, tiene menos carga de ternura, de afectividad, menos significación que el segundo domingo de mayo, Día de la Madre. Pero en ambos días, los hogares vibran de amor, alegría, es el día en que los hogares al calor de la presencia, y en este caso, del padre, se unen, se abrazan se felicitan y, en instantes especiales, la felicidad se hace presente con toda la carga y significación que tiene la familia. Pero también hay tiempo para visitar la tumba del padre ausente con la nostalgia hecha un ramo de flores.

Porque el padre, lejos de toda concepción y connotación machista, es el jefe del hogar, el líder que junto a la madre, está todos los instantes de la vida cerca, junto  a sus hijos para criarlos, protegerlos, conducirlos, educarlos;  para legarles honor y dignidad, altivez y humildad, fortaleza y tolerancia, decisión y prudencia, entusiasmo y serenidad, autoestima y respeto para que, armados de estos conceptos y valores, enfrenten el presente y el futuro. Y los dos, padre y madre, están dispuestos a hacer cualquier esfuerzo y sacrificio por sus hijos, a cumplir su misión nobilísima, sagrada desde el amor y con todo amor.

En el Día del Padre, es el momento para recordar con unción, con la más profunda gratitud que él y ella, padre y madre, luchan a diario para forjar algo, para dejarles una herencia que no necesariamente solo tendrá olor a dólares, a bienes, a patrimonio, a caudal, sino a valores. No los que se cotizan en la bolsa, sino los que se afincan en el corazón y en el cerebro. Ese conjunto de rasgos morales, culturales, ideológicos, conceptuales que, en la sinergia familiar, tiene un valor inconmensurable.

¡Feliz día a todos los padres ecuatorianos!

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