El adiós de Bella Jiménez

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email

La Asamblea Nacional se deshizo de una de sus mayores cargas: Bella Jiménez. La hoy exlegisladora y también exvicepresidenta tuvo un paso prematuro por el Legislativo gracias a su denotada y manifiesta capacidad para envolverse en actos de corrupción.

Se fue como llegó, como un caso sin antecedentes políticos. Solo que a su adiós se le suma una impronta que llevará embebida para siempre. Luego de que sus colegas la destituyeran, a nadie le queda duda de que su carrera se fundió. Sus intenciones –posiblemente distintas a solo gestionar cargos públicos– no le dejarán dormir tranquila nunca más. 

La opinión pública mata. Ya no como antes, cuando quizá muchos hicieron lo mismo que la exvicepresidenta de la Asamblea Nacional, pero el activismo digital no existía para someterlos al escarnio. Bella Jiménez pasará a la historia por su precoz paso por un puesto público. El poder la envileció y luego la obnubiló. Esa será su lección y, también, el procedimiento por el que pase, o deban pasar, otros astutos que solo llegan a la función pública para sacar provecho personal, como único interés. 

Entre líneas, es imposible no pensar también que las mañas de los congresistas del pasado período la salpicaron a Bella, haciendole creer que la impunidad era una cosa de siempre.

La Asamblea no debe actuar por compromiso ni por lavar su imagen. Lo de Bella Jiménez deberá aplicarse a todo aquel que pretenda siquiera emularla. Que esa ley, por lo menos, se convierta en una herramienta para evitar más casos de corrupción.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email