El animero en Chimborazo y el cantón Penipe

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email

TRADICIÓN

Para conocer la historia del animero, en la parroquia, es importa inicialmente conocer de dónde proviene el significado etimológico de la palabra “Animero”. Existen algunas definiciones que se han adquirido a lo largo de los años, la Real Academia Española, lo define como “Hombre que pedía limosna para sufragio de las ánimas del purgatorio”. Mientras que Miguel Vallejo comenta que el animero representa al alma sana y salva que no tiene pecados porque el alma que muere en pecado mortal se viste de negro. (M. Vallejo, 80 años, entrevista personal, 24 de octubre de 2015)

El ritual del animero, según cuentan historiadores, se realizaba mucho tiempo antes de la colonización, donde los indígenas, realizaban ritos en memoria a sus seres queridos. Sin embargo con el pasar de los años y con la llegada de los españoles y el catolicismo, dichas prácticas ancestrales fueron ajustadas a las fechas del calendario católico. Con ello los rituales indígenas con la combinación de la cultura religiosa, hizo que surja en algunos países hispanoamericanos el día de los difuntos y el animero.

Las tradiciones del “Día de los Difuntos o Finados” se remontan al S. XVI, cuando los indígenas recordaban a los muertos con algunas prácticas sociales y religiosas. Las ceremonias llamadas “Ayamarcha”, se celebraban en el mes de octubre mediante cantos fúnebres y la preparación de comidas especiales. (Proyecto-inti, 2008, p.1) Sin embargo, cuenta la historia que el animero inició en Riobamba y se extendió a los diferentes pueblos aledaños. Dicho personaje era importante en la época debido a que únicamente hacían de animeros las personas de clase alta. El animero poseía una túnica lujosa ceñida con un cordón de oro, una campanilla de oro y una insignia como emblema a las almas benditas.

Además, cuando el animero salía a recorrer las diferentes calles, llamaba a los católicos a despertarse y dejar de lado el sueño para que se levanten a conversar entre vecinos y entablen diálogos. Estos de acontecimientos sociales de la época, política, religiosidad, economía, entre otros. Está tradición no se la vinculaba a algo fúnebre y tenebroso ya que era un acto en el compartían las personas mientras transitaba el animero. Sin embargo para aquellos individuos que desconocían la tradición solía parecerles tétrico.

Sin embargo, la tradición del animero en el Cantón Penipe y sus  parroquias como Bayushig y Matus, según algunos moradores, proviene de la convicción del catolicismo. Esto por la devoción que tienen hacia Dios, aludiendo que es él, quien les envía el mensaje para poder ser animeros.

Ángel Ruiz a sus 12 años interesado en lo que el realizaba su padre quien le motivo y enseño todo su conocimiento, al cumplir 15 años su progenitor enfermo y desde ese entonces él fue el representante de Teodomiro sin tener miedo a lo desconocido con la devoción y fe católica empezó a recorrer las calles del cantón, Don Teodomiro como se lo conocía en Penipe, fue un promotor de esta tradición y en base a esto se unieron más jóvenes creyentes. En los años 70 un grupo de devotos formaron un consorcio de animeros que se mantuvo ha

sta los años 80s, el presidente fue Humberto Bonilla, otros miembros fueron, Carlos Villacrés, Héctor Pontón, Carlos Narváez quienes se turnaban para realizar el ritual, independientemente del grupo de animeros , Ángel Ruiz también realizaba el recorrido alternándose con los miembros de esta asociación , parte de la tradición era recoger la limosna y esta era donada a la iglesia del cantón en gratitud a su colaboración el párroco de aquella época Heriberto Balseca, realizaba una misa todos los lunes para protección y bendición a los animeros. (C. Narváez, comunicación personal, 12 de junio de 2017).

Ángel Ruiz manifestó, “se hizo un cambio en la fecha del recorrido, la actual fecha es desde el 15 de octubre hasta el 2 de noviembre, el motivo por lo que se realizó este cambio fue porque hace varias décadas, eran varios animeros quienes se ayudaban entre sí y no resultaba tan cansado”.

 

 

 

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email