El Día Internacional del Libro, una celebración internacional promovida por la UNESCO, es una conmemoración que se recuerda cada 23 de abril a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
Es pertinente y motivador que la Conferencia General de la UNESCO, celebrada en París en 1995, decidiera rendir un homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, alentando a todos, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y a valorar las irreemplazables contribuciones de aquellos quienes han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad.
Es un día simbólico para la literatura mundial, puesto que ese día, en 1616, fallecieron Miguel de Cervantes Saavedra, autor del inmortal Quijote; William Shakespeare, el dramaturgo de fama universal, muy conocido especialmente por su tragedia Romeo y Julieta; el Inca Garcilaso de la Vega, escritor, historiador y militar nacido en el territorio actual del Perú, considerado como figura relevante del Siglo de Oro de la lengua española. El Día Internacional del Libro se creó en honor a estos autores y otros prominentes literatos que nacieron o fallecieron en esa fecha.
Hay que destacar que la felicidad del ser humano y su progreso están íntimamente ligados a la lectura conforme lo demuestra el Informe sobre el ranking de la Felicidad en el Mundo (World Happiness Report 2024) que se lo viene realizando durante siete años consecutivos, según el cual, Irlanda, un país donde se lee mucho, aparece en primer lugar en un listado de 150 países, listado que se realiza tomando en cuenta datos como la expectativa de vida, el PIB (Producto Interno Bruto) y la autopercepción de bienestar.
Ecuador, donde la lectura no termina de posicionarse ni en el sector educativo ni en la sociedad, como un factor determinante en el desarrollo individual y colectivo, los organismos oficiales, el sistema educativo, la sociedad en general, sobre todo la familia, deben motivar, impulsar la lectura especialmente en los jóvenes, abriéndoles la ventana al infinito que, en sí, es la lectura.