Nathaly Silvana, conocida como la “Reina de la Cumbia”, está de vuelta en los escenarios con su gira nacional “El Regreso de la Reina”, recorriendo todo el Ecuador y celebrando sus 31 años de trayectoria artística.
Nathaly Silvana, desde sus inicios a los cuatro años, ha cautivado al público con su melodiosa voz y carisma, consolidándose como una de las artistas más queridas y respetadas en el ámbito musical. La carrera comenzó de la mano de su padre, Máximo Escaleras, con quien grabó su primera producción musical. Desde entonces, el éxito “El auto fantástico” ha quedado en la memoria de sus seguidores, quienes han sido testigos de su evolución y perseverancia. Su habilidad para interpretar y escribir canciones basadas en emociones auténticas ha sido reconocida por expertos en cumbia a nivel mundial.
Es una artista multifacética que ha explorado diversos géneros musicales como el bolero, paseíto, bachata y carrilero regional. Sin embargo, la cumbia siempre ha sido su género predilecto, permitiéndole expresar sus vivencias y conectar profundamente con su público. Temas como “Amándote”, “Amor Prohibido”, “Chiquita Picosa”, “El Cóndor Pasa”, “Pagando tu error” y “Sigo siendo soltera”, son prueba de su talento y capacidad para crear canciones que resuenan con la vida cotidiana de sus fans.
En su nuevo álbum, “Los Clásicos de Nathaly Silvana”, destaca dos sencillos que están conquistando a los amantes de la cumbia. “El Cumbión” es una mezcla vibrante de éxitos clásicos y tradicionales como “Amor Sublime”, “Vasija de Barro” y “La Bocina”, mientras que “Te vas y no volverás” es una cumbia melancólica que muestra su estilo único y distintivo. Ambos temas son interpretados con la pasión y la calidad vocal que han definido su carrera. La gira “El Regreso de la Reina” no solo celebra su legado, sino que también reafirma su compromiso con la música y su público. Nathaly Silvana sigue demostrando por qué es la “Reina de la Cumbia”, y su nueva producción musical es una muestra de su talento inagotable y su capacidad para reinventarse sin perder su esencia.
