“Ya no es un sueño y tampoco una promesa, es una realidad que se cumplirá a partir de este mismo año. Queremos recuperar y revivir nuestro patrimonio local”, aseguraba el alcalde de Riobamba en marzo del 2017 al anunciar que la Municipalidad recuperó alrededor de cuatro millones de dólares a través del Banco del Estado; recursos con los que se iniciarían el proyecto del Teatro León que, finalmente, demanda una inversión de más de 5 millones de dólares.
La ciudadanía se alegró al conocer que será una realidad la rehabilitación integral de este edificio emblemático de Riobamba. De hecho, según información hecha pública, la ejecución de la obra fue adjudicada al Consorcio “Teatro León”, que deberá concluirla en el plazo de un año, bajo la supervisión permanente del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y un equipo de expertos que, como fiscalización externa, actuarán de acuerdo al modelo de gestión propuesto ante el Banco de Desarrollo.
Esta joya arquitectónica de tres plantas, que forma parte de los bienes patrimoniales inventariados en el Centro Histórico, ha permanecido abandonada desde hace algunas décadas. Ya era hora de que por fin, este edificio luzca todo su esplendor y monumentalidad en el parque Sucre, en pleno Centro Histórico de la Sultana y vuelva a ser el escenario del arte y la cultura con ese toque de elegancia, señorío y esplendor propios de la tradición cultural riobambeña. La esquina de la Primera Constituyente y España dejará de ser una amenaza y una vergüenza para el ornato y la imagen de la urbe.
El Teatro León, rico en historia cultural desde el inicio de su funcionamiento en1930, fue el escenario por donde pasaron figuras nacionales e internacionales consagradas en el mundo del espectáculo. Carlota Jaramillo con su voz de ópera, el dúo Benítez y Valencia de histórica recordación, el trío Los Panchos con sus románticos boleros, Ernesto Albán con sus inolvidables estampas cargadas de fina sátira e ironía políticas; Libertad Lamarque, la Novia de América con sus tangos y milongas, y otros que deleitaron a los riobambeños. En el mes de abril se vestía de gala y belleza como escenario elegante y distinguido para la elección de la reina de Riobamba