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lunes, mayo 12, 2025

En la Amazonía: 11 militares muertos en operativo contra minería ilegal

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TRAGEDIA

La región amazónica fue escenario de un ataque armado sin precedentes que dejó un trágico saldo de 11 militares muertos y uno herido.

Homenaje póstumo a los soldados caídos en el Grupo de Fuerzas Especiales N.° 53 Rayo.

Los efectivos de la Brigada de Selva 19 Napo del Ejército ecuatoriano se encontraban realizando una operación contra la minería ilegal en el sector de Alto Punino, en la provincia de Orellana, cuando fueron emboscados por un grupo armado.

El ataque, que involucró explosivos, granadas y fusiles, se produjo el 9 de mayo de 2025, marcando un nuevo capítulo en la violencia que azota la región.

Explosivos, granadas y fusiles fueron utilizados para emboscarlos y ejecutar el ataque. El Ejército ecuatoriano culpó a los “Comandos de la Frontera”, un grupo disidente de las FARC, aunque esta organización negó cualquier vínculo con el ataque, lo que añadió aún más incertidumbre sobre los responsables.

Este asalto se dio en una zona crítica para el país, conocida por ser un epicentro de la minería ilegal y el narcotráfico. El Alto Punino ha sido un lugar donde la violencia ha aumentado considerablemente debido a las disputas entre las autoridades y los grupos criminales involucrados en la extracción de oro de manera ilegal.

La presencia de narcotraficantes y bandas de crimen organizado ha intensificado los enfrentamientos armados en la región, poniendo en riesgo la vida de quienes intentan frenar este fenómeno, como lo evidencian los esfuerzos fallidos del Ejército y la policía para erradicar la minería ilegal en años anteriores.

El ataque no solo ha conmocionado a la nación, sino que también ha resaltado la grave amenaza de los grupos armados organizados que operan en las zonas fronterizas de Ecuador. El presidente Daniel Noboa, en un gesto de respeto y solidaridad con las víctimas, decretó tres días de luto nacional, destacando el valor de los soldados caídos como héroes nacionales.

Esta tragedia ha puesto en evidencia la creciente violencia y la necesidad urgente de una respuesta más firme y coordinada frente a la criminalidad transnacional. El ataque del 9 de mayo no es un hecho aislado.

En 2024, un enfrentamiento similar dejó un muerto y varios detenidos, todos de nacionalidad colombiana, en un campamento vinculado a otro grupo armado.

Este tipo de operaciones militares, aunque necesarias, han demostrado ser insuficientes para erradicar las actividades ilegales en la zona, generando frustración tanto en las autoridades como en los ciudadanos.

El ataque también evidencia la necesidad de una cooperación internacional más estrecha, especialmente entre Ecuador y Colombia, para frenar la expansión de estas organizaciones criminales.

Tras cumplirse las diligencias legales, los cuerpos de los 11 soldados fallecidos en el ataque en Alto Punino, provincia de Orellana, fueron trasladados al Grupo de Fuerzas Especiales N.° 53 Rayo para recibir un emotivo homenaje.

En la misma zona donde perdieron la vida, en cumplimiento del deber, sus compañeros de armas y autoridades militares les rindieron un tributo a su valentía y sacrificio.

La pérdida de los 11 soldados ha marcado un antes y un después en la historia reciente de Ecuador. El presidente Noboa, al declarar tres días de luto, dejó claro que este acto de violencia no quedaría impune.

Las autoridades ecuatorianas han iniciado las investigaciones para identificar a los responsables y esclarecer si efectivamente los “Comandos de la Frontera” fueron los autores del ataque.

Sin embargo, las dudas persisten, ya que el grupo disidente de las FARC ha negado su participación, sugiriendo que otros grupos locales, como Los Choneros o Los Lobos, podrían estar detrás de la masacre.

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