Encuentro: Moreno y Trump

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Son distintos de pies a cabeza, interna y externamente.  Ambos se juntaron en el marco de una visita oficial. Moreno, desde el palacio de Carondelet símbolo de gobernantes que en 200 años  mantienen al país en el subdesarrollo, llegó a La Casa Blanca, símbolo del Estado más poderoso de la  Tierra, cuyos gobernantes ha construido el “sueño americano” a donde muchos líderes izquierdosos de pacotilla sueñan ir de compras y los migrantes, víctimas de los “líderes”, a trabajar.

Moreno llegó para  pedir  a Trump más celeridad en intercambio comercial y más ayuda para la lucha contra la corrupción y algo más. “Lo haremos”, dijo Trump sobre la firma de un acuerdo comercial con Ecuador. Es el séptimo presidente  ecuatoriano en ser recibido por su par estadounidense, desde 1979, año en que se reinaugura la democracia en el Ecuador. En la década de Correa era impensable una cita para una “diplomacia directa” que beneficia las relaciones comerciales con el primer socio comercial del país. Cosas de la política izquierdosa, llena de odio al yankee que da votos, pero que no da bienestar.

A propósito de “odio al yankee”, ya en 1922, la Maestra de América, Gabriela Mistral en su “Grito” continental se preguntaba: “¿Odio al yankee? ¡No! Nos está venciendo, nos está arrollando por culpa nuestra, por nuestra languidez tórrida, por nuestro fatalismo indio. Nos está disgregando por obra de algunas de sus virtudes y de todos nuestros vicios raciales. ¿Por qué le odiaríamos? Que odiemos lo que en nosotros nos hace vulnerables a su clavo de acero y de oro: a su voluntad y a su opulencia…Nosotros ensoberbecimos a ese Norte con nuestra inercia; nosotros estamos creando, con nuestra pereza, su opulencia; nosotros le estamos haciendo aparecer, con nuestros odios mezquinos, sereno y hasta justo.

Discutimos incansablemente, mientras él hace, ejecuta; nos despedazamos, mientras él se oprime, como una carne joven, se hace duro y formidable, suelda de vínculos sus estados de mar a mar; hablamos, alegamos, mientras él siembra, funde, asierra, labra, multiplica, forja; crea con fuego, tierra, aire, agua; crea minuto a minuto, educa en su propia fe y se hace por esa fe divino e invencible”.

El encuentro binacional terminó. Hacemos votos para que la saga traiga buenas noticias en términos de cooperación en el combate al narcotráfico, lavado de dinero, que se concreten  acuerdos comerciales beneficiosos para nuestros productos de exportación, etc.

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