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sábado, noviembre 9, 2024

Escuela “Nevado Chimborazo” llevará el nombre de Baltazar Ushca en su honor

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HOMENAJE

En un emotivo acto realizado en la comunidad de Pulinguí, el Ministerio de Educación rindió homenaje a Baltazar Ushca Tenesaca, conocido por ser uno de los últimos hieleros del Chimborazo y símbolo de la perseverancia y superación personal. Como parte de este reconocimiento, la Escuela de Educación Básica “Nevado Chimborazo” llevará su nombre en honor a su legado de esfuerzo y dedicación

Baltazar murió a sus 80 años de edad.

Baltazar Ushca, quien durante décadas ascendió al Chimborazo para extraer hielo, participó desde 2017 en el Programa de Educación para Jóvenes, Adultos y Adultos Mayores con Escolaridad Inconclusa, mostrando que nunca es tarde para aprender. A pesar de sus compromisos laborales y familiares, el deseo de completar su formación académica lo llevó a destacarse en el programa de alfabetización.

Durante la ceremonia, Daniel Espín, coordinador Zonal 3 de Educación, resaltó la importancia de honrar la vida y trayectoria de Ushca. “A lo largo de su vida, Baltazar fue reconocido por su tesón y dedicación. Hoy, queremos expresar nuestro agradecimiento entregando a su familia un reconocimiento especial junto con la resolución que oficializa el cambio de nombre de la Escuela ‘Nevado Chimborazo’ en su honor”, declaró Espín. Carlos Vinueza, docente que acompañó a Ushca en su proceso educativo, también compartió su experiencia. “Fue un privilegio enseñar a Baltazar. Su dedicación era inigualable y siempre recordaba a sus compañeros la importancia de la naturaleza y sus vivencias en el Chimborazo. Su legado no solo se encuentra en la montaña, sino en la sabiduría que transmitía a quienes lo rodeaban”, mencionó Vinueza.

Con esta designación, el Ministerio de Educación busca que el ejemplo de Baltazar Ushca inspire a nuevas generaciones a nunca desistir en la búsqueda del conocimiento, sin importar las circunstancias. La comunidad educativa y sus allegados esperan que este homenaje perpetúe el espíritu luchador de Baltazar, quien demostró que la educación no tiene edad ni fronteras.

En el sepelio, la comunidad se unió en un canto de esperanza y gratitud. Se encendieron velas en su memoria, y en una cancha cercana se colocó un altar adornado con flores y fotografías que resaltaban la vida de Baltazar.

Aunque el oficio de hielero ya no continuará en su familia, el legado de Baltazar Ushca seguirá presente no solo en la montaña, sino también en la memoria colectiva de un Ecuador que lo reconoce como un patrimonio humano viviente.

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