MUNDO
El papa Francisco, líder espiritual de la Iglesia Católica desde 2013, falleció esta mañana a los 88 años en su residencia del Vaticano, según confirmó el cardenal Kevin Joseph Farrel en un emotivo comunicado.

“Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 07:35 horas de hoy. El obispo de Roma ha regresado a la casa del Padre. Su vida estuvo dedicada al servicio del Evangelio, a los más humildes y a una Iglesia en salida”, expresó el cardenal desde la Santa Sede.
El pontífice, nacido como Jorge Mario Bergoglio el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, había enfrentado diversos problemas de salud en los últimos años. Entre febrero y marzo de este año, permaneció hospitalizado en Roma debido a una bronquitis severa que, posteriormente, derivó en una neumonía bilateral.
Con su muerte se activa el protocolo funerario vaticano, que incluirá varios días de duelo oficial y culminará con un cónclave en no más de 20 días para elegir a su sucesor.
Un papado histórico
Francisco fue el primer pontífice latinoamericano y también el primer miembro de la Compañía de Jesús en asumir el liderazgo de la Iglesia Católica. Su elección, el 13 de marzo de 2013, representó un giro significativo para una institución que él mismo llamó a “reformar desde dentro”.
Conocido por su estilo pastoral cercano, su preocupación por los marginados y su defensa del medio ambiente, Francisco impulsó debates importantes dentro y fuera del Vaticano. Desde la apertura al diálogo interreligioso hasta la visibilización de temas sociales urgentes, su figura marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia moderna.
Hincha declarado del club argentino San Lorenzo, Francisco nunca ocultó su cercanía con la gente común. “Mis hermanos cardenales han ido a buscar un papa casi al fin del mundo”, dijo aquel día de 2013, al presentarse ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.
Una vida de entrega
Hijo de inmigrantes italianos, Francisco se formó como técnico químico antes de decidirse por el sacerdocio a los 17 años. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969.
Desde entonces, su trayectoria religiosa estuvo marcada por la austeridad, el compromiso social y una fuerte presencia pastoral en momentos clave, como la crisis económica argentina de 2001, cuando ya era arzobispo de Buenos Aires.
En 2001, fue creado cardenal por Juan Pablo II, y participó del cónclave de 2005 que eligió al papa Benedicto XVI, a quien sucedería ocho años más tarde tras su renuncia.
Su legado permanecerá como el de un papa que intentó llevar la Iglesia hacia un rostro más humano, más humilde y más comprometido con los desafíos del siglo XXI.