FÚTBOL
En entrevista el delantero ecuatoriano fue enfático al anunciar que su decisión es seguir en el fútbol. “Sacrifiqué todo por venir; lo más preciado que tengo es mi familia y lo dejé atrás. Quiero quedarme y demostrar que valió la pena”, declaró Felipe Caicedo.
Barcelona SC lo presentó en enero como el gran golpe del año del centenario: ídolo confeso, currículum europeo y heredero del dorsal 10 de Damián Díaz. Pero la nostalgia no marca goles y el balance del semestre es áspero, 345 minutos repartidos en once partidos oficiales y tres tantos que no evitaron la eliminación temprana en la Libertadores ni calmaron a una hinchada que exige.
Los micro desgarros y “sensaciones musculares” que el gerente deportivo Carlos Alfaro Moreno restó importancia, son la razón por la que Caicedo nunca enganchó una racha de partidos seguidos. El club diseñó un plan físico a contrarreloj para ponerlo a punto antes de la liguilla, en menos de tres semanas comienza la segunda fase de LigaPro y nadie dentro del vestuario oculta que, hoy por hoy, el uruguayo Octavio Rivero llega antes a los balones divididos y al arco rival.
Caicedo admitió que le habría gustado “llegar tres años antes”, reconociendo que le cuesta recuperar el ritmo competitivo tras año y medio casi inactivo. Aun así, se aferra a su rol “de guía y ejemplo para los jóvenes”, un intangible que el cuerpo técnico valora, Barcelona marcó 21 goles en la fase inicial y el 14 % llevan la firma de Caicedo. Si la ecuación no mejora, su continuidad en 2026 dependerá más del corazón de la directiva que de cualquier cláusula.
