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miércoles, enero 22, 2025

¿Fin de los apagones? 

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¿Fin de los apagones? ¡Ojalá así sea! Porque los apagones prolongados y constantes no solo dañan la economía, sino que impactan negativamente en la salud, la seguridad, la educación y el bienestar general de la población.

En el plano económico, el impacto va por la paralización de la producción y servicios, pues, muchas industrias se ven obligadas a detener sus operaciones, lo que disminuye la productividad y afecta la cadena de suministro con pérdidas financieras considerables. Pero además, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) son las más vulnerables, ya que no siempre cuentan con generadores eléctricos o infraestructura para enfrentar apagones continuos. Esto puede llevar a pérdidas de inventario, reducción de clientes y, en el peor de los casos, al cierre permanente.

Otro de los impactos más dramáticos es la generación de desempleo y precariedad laboral. De hecho, los apagones frecuentes pueden causar despidos masivos debido a la disminución de la productividad y la imposibilidad de mantener a todos los empleados.

La educación también puede verse afectada, tanto en modalidad presencial como virtual. En el caso de la enseñanza en línea, es imposible mantener una educación continua sin acceso estable a internet y electricidad. Incluso en aulas presenciales, la falta de luz dificulta el aprendizaje.

Los apagones prolongados suelen generar un aumento en la criminalidad. La falta de iluminación en las calles y de sistemas de seguridad como cámaras o alarmas facilita el incremento de robos, asaltos y otros delitos.

La falta de electricidad también provoca estrés, ansiedad y frustración en la población, que se siente impotente ante la incertidumbre. Las actividades diarias como cocinar, refrigerar alimentos, estudiar o trabajar se ven interrumpidas, lo que afecta la calidad de vida.

En los hospitales y clínicas, los apagones pueden poner en riesgo la vida de pacientes que dependen de equipos eléctricos para su tratamiento. La conservación de medicamentos, como las vacunas que requieren refrigeración, también se ve afectada, comprometiendo la salud pública.

Los apagones también generan impacto ambiental, pues, obligan a muchas personas y empresas a depender de generadores que funcionan con combustibles fósiles. Esto aumenta la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.

En definitiva, los apagones tienen un impacto significativo en la dinámica de la sociedad, afectando diversos aspectos de la vida diaria, sobre todo, en el plano económico. Más si son tan irregulares e impredecibles como los pasados que no posibilitaron a los usuarios una planificación oportuna de sus actividades.

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