El núcleo familiar, generalmente, asume la celebración de la Navidad cristiana para recordar el nacimiento del Niño Jesús en un marco de recogimiento y meditación. Lamentablemente, esta fiesta, se ha transmutado en una realidad mercantilista y derrochadora, en un ir y venir por los centros comerciales, tiendas, escaparates y bambalinas, se ha paganizado por el consumismo. No es la abundancia de regalos, ni la fastuosidad de las mesas navideñas lo que nos traería momentos de felicidad, sino el hecho de estar juntos, de compartir en familia, llenos de optimismo, una cena frugal, modesta y sellarla con un vibrante y emotivo abrazo de Noche Buena.
Si bien cada cultura, cada país tiene su propias costumbres y tradiciones, pero en el fondo todos aceptan que la Navidad es tiempo de paz y sana convivencia, sosiego y buena interrelación entre las personas, familias, instituciones y sociedades. No es época de confrontaciones, insultos y groserías; es tiempo de amor para la búsqueda, el encuentro, la identificación, la unión, la realización con otro ser en el marco del respeto y apoyo mutuo; no es el tiempo del desamor y los egoísmos; es el tiempo de la solidaridad con los postergados, los excluidos, los marginales, los necesitados para tratar de acortar distancias, de mitigar sus males; no es el tiempo del egoísmo destructor; es el tiempo de la fraternidad con los pueblos y naciones que padecen la violencia de la guerra o el terrorismo; con vecinos, compañeros y conocidos para mantener buenas relaciones de convivencia social.
La Navidad con toda su carga de humanismo, nos lleva a vivirla, a compartirla, plenamente en el seno de la familia, el barrio, la sociedad en un entorno de paz y amor. Lamentablemente, esos momentos mágicos del ambiente navideño pueden trastrocarse en una situación desagradable y hasta trágica, al romperse el encanto del ambiente festivo y vacacional por los accidentes de tránsito, por la acción de la delincuencia y hasta por los juegos pirotécnicos. En este contexto, el tema de seguridad cobra relevancia, pues, miles de ciudadanos entre familiares, amigos y turistas hacen de esta ocasión, un espacio y un encuentro placentero para disfrutar en familia de la temporada.