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domingo, julio 13, 2025

Humanos y algoritmos unidos

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Por: Roberto Camana-Fiallos

Vivimos en una era donde la palabra “algoritmo” aparece en conversaciones cotidianas, titulares de noticias y hasta en memes. Pero, ¿qué significa realmente esta relación entre humanos y algoritmos? ¿Es una amenaza o una oportunidad? La respuesta, como casi todo en la vida, es compleja y fascinante.

Un algoritmo no es más que una receta, una serie de pasos para resolver un problema. Pero cuando se combina con la potencia de las computadoras, se convierte en un motor capaz de predecir lo que queremos ver en redes sociales, recomendar la próxima canción o incluso ayudar a diagnosticar enfermedades. Los algoritmos están en todas partes, aunque no los veamos: filtran correos, optimizan rutas de entrega y hasta deciden qué anuncios vemos.

A diferencia de los algoritmos, los humanos tenemos intuición, empatía y creatividad. Sabemos improvisar, leer entre líneas y entender matices emocionales. Pero también somos propensos al error, al cansancio y a los sesgos. Aquí es donde la dupla humano + algoritmo se vuelve poderosa: los algoritmos procesan datos a velocidades imposibles para nosotros, mientras que los humanos aportamos contexto, ética y juicio.

Existe el temor de que los algoritmos reemplacen a las personas. Sin embargo, la realidad es que, bien usados, pueden ser aliados formidables. Por ejemplo, en la medicina, los algoritmos ayudan a detectar patrones en radiografías, pero el diagnóstico final lo da un médico. En la música, las plataformas recomiendan canciones, pero el toque humano sigue siendo clave para crear melodías que emocionan.

El verdadero desafío está en diseñar algoritmos que entiendan nuestras necesidades y valores. Esto implica transparencia, responsabilidad y, sobre todo, colaboración. No se trata de que los algoritmos decidan por nosotros, sino de que nos ayuden a tomar mejores decisiones.

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