“Hunillados y ofendidos” es el título de la primera novela y una de las más leídas del escritor ruso Fiódor Dostoyevski del siglo XIX donde se destaca la vejación, humillación y ofensa con los caracteres más crueles, en medio de la trágica situación de personajes que han sido vejados, humillados y ofendidos por su situación económica y social. En el curso de la narración, se pone de relieve situaciones de miseria y tensas relaciones entre las clases dominantes y dominadas.
El título de la novela da pie para comentar un aspecto, un ángulo, una arista de lo que Milagros Aguirre, columnista de ElUniverso” calificó de “catarsis vivida en doce días de lucha, de solidaridad, de resistencia indígena, pero también de penosos enfrentamientos, brutal represión, gritos desesperados, golpes, llantos, muertos, heridos, encarcelados, desaparecidos, disparos, nubes de bombas lacrimógenas y explosiones, guerra de nervios, enervamiento general, agresividad, odio, resentimiento”
El pueblo ecuatoriano miró desconcertado cómo elementos de la fuerza pública, entre policías y militares fueron secuestrados, torturados, humillados y ofendidos por los manifestantes, mientras otro sector se tomaba pozos petroleros, dejaban sin agua potable a miles de conciudadanos de una urbe, asaltaba fincas, incendiaba la Contraloría, privaba de la señal abierta de televisión por el corte del cable de las antenas, tumbaba árboles, cerraban vías, obligaba acerrar los negocios, sacaba adoquines de la calles, rompía ventanales y parabrisas, se impedía el trabajo periodístico y y se los “retenía”, se dedicó al pillaje de de casas particulares y un largo etcétera. .
En este mare mágnun de confusión y desorden, solo en el caso de Riobamba, según el director de Gestión de Patrimonio de la Municipalidad, hasta el momento, se han causado daños al patrimonio por alrededor de 14 mil dólares, entre la destrucción del león original del parque Sucre y las luminarias y el sistema de iluminación del parque Maldonado por donde fue llevado el Alcalde en medio de apretujones y desde donde, sin subir a la tarima de los líderes, se dirigió a los manifestantes y a la policía para expresar que estaba ahí de manera voluntaria. En buena hora que no se haya sentido humillado y ofendido en esas circunstancias.