América Latina tiene potencial minero para contribuir al suministro global de varios minerales críticos. Datos de la CEPAL muestran que la región cuenta con importantes reservas de litio, cobre, níquel, molibdeno, grafito y otros minerales. Chile destaca por sus reservas de litio y cobre; Perú por las de cobre y molibdeno; Brasil por las de litio, grafito y tierras raras, y México por las de cobre.

A medida que aumenta la demanda de IA en todo el mundo, también lo hace la necesidad de estos materiales. Por ejemplo, los chips y otros componentes necesarios para la IA dependen de minerales como el litio y metales como el cobalto.
Los chips semiconductores están hechos principalmente de silicio, pero también contienen metales como cobre, oro, estaño, níquel, paladio y plata. Además, los dispositivos de almacenamiento utilizan metales como el platino, el paladio y el oro por sus propiedades magnéticas y conductoras.
Con este crecimiento del mercado, la región debe centrarse en modernizar la industria minera, adoptar las nuevas tecnologías y mejorar las infraestructuras críticas, así como en aplicar los nuevos avances tecnológicos como la IA y el big data para mejorar y aumentar la productividad.
A través de la innovación tecnológica, el desarrollo del capital humano y el fortalecimiento de la gobernanza, la industria minera no solamente puede mejorar su competitividad, sino también liderar el camino hacia una minería más responsable y respetuosa con el medio ambiente.
Para lograrlo, la industria debe abordar una serie de desafíos, como la protección del medio ambiente, el crecimiento de los costes y la productividad, y la innovación tecnológica.
Responsabilidad medioambiental: La demanda de minerales y metales es fundamental para las fuentes de energía alternativas, que requerirán un aumento de la actividad minera.
El Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM, por sus siglas en inglés) lidera el impulso hacia la Naturaleza Positiva (Nature Positive) , con el objetivo de detener y revertir la degradación del entorno natural para 2030, y por lo tanto, impulsa la circularidad de la innovación y la gestión integrada de la tierra como claves críticas para alcanzar los objetivos climáticos y el desarrollo al tiempo que se protege y restaura la naturaleza.
Aumento de los costes y de la productividad: Los costes de producción minera, que han aumentado un 30% en los últimos cinco años, y el alto coste de la energía en América Latina, presiona la rentabilidad de las empresas mineras.
Por ello, es necesario invertir en tecnología que simplifique y agilice la extracción de minerales, mejore la inteligencia empresarial, promueva la innovación y adopte mejores formas de trabajar para ahorrar costes y mejorar la productividad.