INSPECCIÓN
La Brigada de Caballería Blindada N.°11 ‘Galápagos’ del Ejército ecuatoriano ejecutó una operación de control y supervisión al interior del Centro de Privación de Libertad de Mujeres de Riobamba, el 4 de septiembre, que permitió el decomiso de teléfonos celulares, armas blancas, dinero en efectivo y joyas.

La acción forma parte de las medidas permanentes implementadas por el Estado ecuatoriano para desarticular estructuras delictivas que operan desde el interior de los centros penitenciarios.
Durante el operativo, las llamadas ‘Heroínas de la Patria’, personal femenino del Ejército especializado en control de situaciones críticas en penales, realizaron un recorrido minucioso por las instalaciones, identificando objetos prohibidos que podrían ser utilizados para extorsión, tráfico de drogas y coordinación de delitos dentro y fuera del centro de privación de libertad.
El resultado de la operación fue el decomiso de 8 teléfonos celulares, 11 cargadores, 9 audífonos, 11 armas blancas, además de dinero en efectivo y joyas, incluyendo anillos, relojes y aretes. “Estas operaciones permiten interrumpir actividades ilícitas y evitar que grupos delictivos organicen delitos que afectan a la comunidad”, indicó un oficial de la Brigada.
Este operativo se realizó 21 días después de una acción similar, en la que se retiraron 16 teléfonos móviles, lo que evidencia la periodicidad y planificación estratégica de estas acciones dentro de los penales.
Según el Ejército, el trabajo dentro de los centros de privación de libertad no se realiza de manera aislada, sino en coordinación con la Fiscalía General del Estado, la Policía Nacional (Policía Judicial), el SNAI y otras instituciones del Estado, garantizando un abordaje integral y seguro de las operaciones.
El principal objetivo de estos controles es interrumpir el funcionamiento de organizaciones delictivas que buscan extorsionar, traficar drogas o planear delitos desde las cárceles, afectando directamente a la población externa.
Asimismo, buscan proteger a las internas que podrían verse involucradas o presionadas por estas actividades ilegales. El operativo fue ejecutado con personal altamente capacitado, entrenado para enfrentar cualquier eventualidad que pudiera presentarse dentro del centro penitenciario, garantizando la seguridad de todos los involucrados.
Estas operaciones también buscan prevenir la violencia interna entre reclusas, que muchas veces se ve incrementada por la presencia de armas blancas y teléfonos celulares, elementos que facilitan la coordinación de conflictos y delitos al interior del penal.
Los objetos decomisados podrían haber sido utilizados para amenazas, extorsiones o incluso planificación de delitos fuera del centro de privación de libertad.