FERIADO
Lo que debía ser una festividad de alegría y tradición se vio empañado por actos de violencia y excesos en varias ciudades de Ecuador. En Guaranda y Baños de Agua Santa, la falta de respeto y el abuso del juego de Carnaval desencadenaron situaciones lamentables que pusieron en riesgo la seguridad de los asistentes.

Disturbios en Guaranda durante el Pawkar Raymi
El sábado 1 de marzo, la celebración del Pawkar Raymi en Guaranda se vio interrumpida por una violenta pelea en pleno concierto. Un grupo de personas, aparentemente bajo efectos del alcohol, comenzó a arrojarse botellas, palos y golpes, provocando caos entre los asistentes.
Los espectadores que no estaban involucrados en la riña buscaron resguardo mientras los organizadores del evento solicitaban la intervención de la Policía. Los agentes tardaron varios minutos en controlar la situación y, en el proceso, varios uniformados resultaron heridos. Finalmente, dos personas fueron retenidas por escándalo público.
Las autoridades locales informaron que este fue el único incidente grave registrado en la ciudad durante el feriado, pero requirió la participación de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) para su control.
Reportero agredido durante transmisión en vivo
El domingo 2 de marzo, otro hecho preocupante tuvo lugar durante la transmisión en vivo del desfile de Carnaval en Guaranda. Andy Calero, periodista de TV Centro, fue agredido mientras realizaba su cobertura. Posteriormente, el comunicador lamentó lo sucedido y resaltó la importancia de respetar a quienes no desean participar en los juegos carnavalescos.
En el mismo evento, un hombre en estado etílico intentó atacar a un jinete que participaba en el desfile. La reacción del chagra fue inmediata, golpeándolo en el rostro. En su intento por sostenerse de las riendas del caballo, el agresor terminó siendo arrastrado varios metros.
Baños de Agua Santa: descontrol y agresiones
La situación en Baños de Agua Santa tampoco estuvo exenta de incidentes. El juego del Carnaval se tornó agresivo, y además del uso de agua y espuma, algunos individuos recurrieron a excremento de animales para atacar a los transeúntes.
Fabricio Naranjo, un ciudadano presente en las festividades, lamentó la degradación de la celebración y el irrespeto que se ha normalizado en los últimos años. Otro testigo, José Gavilán, denunció que incluso la reina del Carnaval fue víctima de agresiones. Desde las terrazas, varias personas le arrojaron agua y espuma sin considerar su investidura ni su derecho a no participar en los juegos.
El abuso del alcohol, la violencia y la imposición del juego sobre quienes no desean participar han generado preocupación entre la ciudadanía. Lo que debería ser una celebración de alegría y convivencia se ha convertido en un motivo de desorden y malestar en diversas ciudades del país.