SINIESTROS
Hace un poco más de un año, las vidas de Ángel Q. y Roberto Carlos Z. C. cambiaron para siempre. Marzo de 2022 fue fatídico para ellos, para sus familias y para las familias de las personas que mataron cuando provocaron accidentes de tránsito en estado de embriaguez.
Ángel Q. perdió su libertad el 6 de marzo en Latacunga cuando, con 0,5 grados de alcohol en sangre, provocó un siniestro de tránsito en el que fallecieron cinco personas, tres de ellas de una misma familia.
Su sentencia: 10 años de cárcel y el pago de 125 000 dólares como reparación a favor de los familiares de las víctimas.
El 18 de marzo, pero en Riobamba, Roberto Carlos Z. conducía su vehículo tras haber bebido licor y se impactó contra un tráiler que se encontraba estacionado, luego se volcó e impactó a tres carros más, causando la muerte de una persona, lesiones a tres más y daños materiales.
Tenía 1.3 grados de alcohol en la sangre, mucho más de lo permitido. Su sentencia: 16 años de prisión, una reparación integral de 30 000 dólares a favor de la madre de la víctima mortal y de 10 000 dólares por los daños a los vehículos.
Desde que causaron los siniestros de tránsito están en prisión, pero no tienen como pagar las indemnizaciones para reparar a las víctimas.
Por eso hay escepticismo de que el hombre que hace una semana mató con su carro a un abuelo y sus dos nietos en la vía a la Costa, a las afueras de Guayaquil, vaya a poder cumplir con alguna reparación económica que dicte un juez. /El Expreso.