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domingo, agosto 3, 2025

Irresponsabilidad

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Por: Sara Salazar

En este país, como en casi toda América Latina, todo el mundo tiene una opinión sobre economía. Todos saben lo que se debería hacer con los impuestos, con el dólar, con los subsidios, con el precio del gas. Pero pregúntales si han leído un libro serio de economía y no saben ni quién es Hayek, ni Mises, ni siquiera entienden qué es la inflación.

Como decía Murray Rothbard, un economista que sí sabía de lo que hablaba: “No es un crimen ser ignorante en ciencia económica … Pero sí es totalmente irresponsable tener una opinión radical y vociferante en temas económicos mientras se está en ese estado de ignorancia.” Y eso es justamente lo que pasa aquí, hay demasiado escándalo y muy poco conocimiento.

En Ecuador, hemos tenido décadas de políticos hablando de “justicia social”, de “redistribución”, de “soberanía económica”, pero la mayoría ni entiende cómo funciona un presupuesto, ni qué significa déficit fiscal, ni qué impacto tiene un subsidio mal manejado. Lo dicen bonito en campaña, pero después dejan el país endeudado, quebrado y con la plata que no alcanza ni para pagar sueldos.

Y claro, también están los opinadores de redes sociales, influencers, y “activistas” que se creen expertos solo porque tienen seguidores. Salen a decir que hay que subir el salario por decreto, que el Estado debería dar todo gratis, que los empresarios son el enemigo. Puro discurso facilista. ¡Pero eso no es economía, eso es populismo barato!

Lo peor es que esa ignorancia no se queda solo en los tuits. Se filtra en las leyes, en las decisiones del Gobierno, en los impuestos que te clavan cada mes, en la plata que no alcanza para nada. Porque cuando opinas sin saber, estás jugando con la economía de todos. Y eso no es libertad de expresión, eso es una irresponsabilidad.

Aquí nadie dice que todos tienen que ser economistas. No se trata de eso. Pero si vas a abrir la boca con autoridad, al menos estudia, investiga, entiende cómo funcionan las cosas. Y si no sabes, está bien, no pasa nada. Pero en vez de hablar por hablar, mejor quédate callado, escucha, aprende. Porque no puedes andar diciendo que “el dólar nos tiene esclavizados” si no sabes ni cómo era la economía antes de la dolarización. No puedes hablar de “neoliberalismo salvaje” si nunca entendiste lo que pasó en la década de 1990. Y no puedes andar gritando “el Estado debe garantizar todo” sin saber de dónde va a salir esa plata.

La economía no es una cuestión de emociones ni de eslóganes. Es una ciencia. Y si seguimos tomando decisiones por ideología y no por razón, vamos a seguir repitiendo los mismos errores que nos tienen estancados hace años. Así que, si quieres opinar de economía, está bien. Pero hazlo con responsabilidad. Porque la ignorancia con megáfono no construye nada. Solo destruye.

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