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martes, septiembre 9, 2025

Jesús de Nazaret: un refugio que rompe el círculo de la violencia en Tungurahua

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El Centro Asistencial Municipal Jesús de Nazaret, ubicado frente al Hospital del IESS, reabrió sus puertas en julio de 2025 tras una completa repotenciación que incluyó la remodelación de habitaciones, cocina, pisos y paredes, la instalación de césped sintético y la reparación de problemas de humedad.

El Centro Asistencial Municipal Jesús de Nazaret reabrió sus puertas.

El espacio está diseñado para brindar atención integral a mujeres víctimas de violencia y a sus hijos menores de 12 años, con capacidad para acoger a 15 personas de manera voluntaria.

Una vez dentro, las beneficiarias reciben evaluaciones médicas y psicológicas que inician un proceso de atención integral que va más allá de lo asistencial: busca reconstruir vidas. Los servicios incluyen terapia física, psicología, trabajo social, talleres educativos y refuerzo pedagógico para los hijos.

La estadía puede extenderse entre seis y nueve meses, período en el que las mujeres también participan en capacitaciones de emprendimiento y sostenibilidad económica, herramientas clave para romper la dependencia que perpetúa el ciclo de violencia.

“Sí se puede romper el círculo, somos fuertes y valientes”, afirmó Kathy, nombre protegido, quien comparte cómo el centro le ha permitido reconstruir su vida después de experiencias de violencia intrafamiliar. Otra beneficiaria, “Chelita”, destacó: “Es un espacio donde Jesús abre los corazones y nos ayuda a iniciar un nuevo camino”.

El refugio se articula con el proyecto municipal ‘Mujer, yo te quiero segura’, que ofrece formación en prevención de violencia, rutas de atención, primeros auxilios físicos y psicológicos, y herramientas para descargas emocionales, combinando protección y empoderamiento.

La reapertura del centro cobra especial relevancia ante la alarmante cifra de feminicidios en Ecuador: entre enero y marzo de 2025 se registraron 82 asesinatos de mujeres y niñas, de los cuales al menos 50 ocurrieron en contextos criminales y 31 en entornos familiares o íntimos.

Los datos muestran que cada 21 horas una mujer o niña es asesinada por violencia machista y que la edad promedio de las víctimas ha descendido a 19 años, afectando a madres y dejando a decenas de niños en orfandad.

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