CIUDAD
Tras solo tres meses en la Dirección de Comunicación del Municipio, Sebastián Jarrín, quien llegó al cargo con promesas de renovación, abandonó su puesto en medio de una crisis institucional.
Según fuentes cercanas, el alcalde John Vinueza habría perdido rápidamente la paciencia con el trabajo de Jarrín, quien no habría cumplido con las altas expectativas de la administración.
En varias entrevistas, el propio alcalde Vinueza reconoció que uno de los principales desaciertos de su administración había sido la gestión de la comunicación, una declaración que dejó en una situación incómoda a Jarrín. Y aunque funcionarios intentaron defender la labor de Jarrín y desmentir los rumores, su partida ya estaba escrita. La escena de su despedida fue un episodio que muchos describen como incómodo y tenso, llevándose a cabo nada menos que en una sesión del concejo municipal, lo que cerró definitivamente este breve y cuestionado capítulo en la comunicación de Riobamba. A través del grupo de WhatsApp de Comunicadores de Chimborazo, Jarrín se despidió con un mensaje que buscaba enfatizar logros en su corta gestión. “Ha sido un placer liderar la Dirección de Comunicación del Municipio de Riobamba y haber contribuido a organizar y fortalecer esta área.
Entre los logros alcanzados, destacan la formalización de procesos administrativos, la actualización de la página web institucional, que los invito a visitar en www.gadmriobamba.gob.ec, y la implementación de un plan de comunicación interna en colaboración con la GIZ (Cooperación Técnica Alemana). También desarrollamos un manual de diseño y una estructura comunicacional que, junto con otros recursos, servirán para mejorar el desempeño de la Dirección”, dijo.
Jarrín también alegó razones “laborales y personales” para justificar su prematura partida, asegurando que su intención era permanecer hasta diciembre. Sin embargo, este abrupto final deja preguntas abiertas sobre su rol y sobre las causas reales de su salida. ¿Incompetencia, conflictos internos, o presión desde las más altas esferas?, mientras los ciudadanos siguen cuestionando los movimientos y decisiones de su administración.