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jueves, julio 24, 2025

Justicia dictó 3 años y 4 meses de cárcel por apuñalamiento en Riobamba

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Lo que empezó como una noche de tragos entre conocidos, terminó con una apuñalada en el pecho, una víctima al borde de la muerte y un agresor tras las rejas. En Riobamba, el caso de Óscar Paúl P. E. ha llegado a su desenlace judicial: tres años y cuatro meses de prisión por intento de homicidio.

El agresor fue condenado a 3 años y 4 meses de prisión por tentativa de homicidio tras una riña en Riobamba.

La Fiscalía de Chimborazo logró una sentencia condenatoria gracias a un trabajo de investigación que unió llamadas de emergencia, informes médicos, testimonios y evidencias encontradas en el lugar de los hechos.

El delito ocurrió el 15 de noviembre de 2024, en el sector de Santa Anita, cuando una riña entre dos hombres que compartían bebidas alcohólicas terminó en violencia extrema. Según los testimonios recogidos por la Fiscalía, tras una fuerte discusión, Óscar tomó un cuchillo y atacó directamente en la zona torácica a su acompañante.

Lo dejó malherido en la esquina de su casa, mientras los vecinos, alertados por los gritos, llamaban al ECU 911. Los agentes que acudieron al llamado ingresaron al domicilio del agresor y encontraron prendas con manchas de sangre. La víctima fue llevada de urgencia a una casa de salud, donde se le diagnosticó un trauma torácico penetrante.

Pasó tres meses incapacitado. El ataque no se consumó como homicidio por muy poco. Pero eso no evitó que la justicia actuara. El Tribunal Penal, con base en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), determinó que el delito se cometió en grado de tentativa, lo que reduce la pena, pero no la gravedad del hecho.

El artículo 144 del COIP castiga el homicidio con hasta 13 años de cárcel, pero el artículo 39 permite una reducción cuando el crimen no llega a consumarse.

Aunque la sentencia se emitió conforme a la ley, el hecho vuelve a poner sobre la mesa la discusión sobre el consumo de alcohol y la violencia interpersonal en sectores urbanos y periféricos de Riobamba.

La mezcla de libadores, conflictos personales y armas improvisadas ha sido una constante en casos similares registrados por la Fiscalía en los últimos años. La historia pudo tener un final fatal. Hoy, el agresor se enfrenta a las consecuencias legales de su acto impulsivo. Y la víctima, aunque sobrevivió, carga con una herida que va más allá del cuerpo.

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