TUNGURAHUA.-
El robo del ganado fue perpetrado por comuneros, quienes luego de ser detenidos por la comunidad recibieron justicia indígena. En el pueblo de Salasaka se aplicó su justicia indígena a quienes, aseguran, estarían involucrados en el robo de ganado en la comunidad.

Una reunión de emergencia en la plaza central de Salasaka de Pelileo atrajo a alrededor de 500 residentes para tratar un caso de robo de ganado que conmocionó a la parroquia. El pasado lunes, tres terneros fueron robados y puestos a la venta en la feria semanal del Centro Agrícola Cantonal de Ambato, lo que desató una serie de eventos que culminaron en una aplicación rigurosa de la justicia indígena.
La trama comenzó cuando una compradora en la feria notó una oferta sospechosa los terneros, cuyo valor estimado es de 300 dólares cada uno, se ofrecían a solo 100 dólares. La mujer, alertada por la irregularidad, tomó una foto del vehículo de los vendedores como evidencia. Su sospecha se confirmó cuando el hijo de la propietaria de los terneros, que estaba en la feria, identificó a los animales robados.
Con esta información, la comunidad se organizó rápidamente para recuperar el ganado y arrestar a los implicados. Los presuntos ladrones, una pareja del mismo pueblo, fueron sacados de sus casas y llevados ante la asamblea general. Pasadas las 00:00 del 3 de septiembre, la asamblea decidió aplicar castigos tradicionales: la mujer compradora y su hermano fueron sometidos a una purificación ceremonial, mientras que el ladrón principal recibió 18 latigazos, uno por cada comunidad de Salasaka, como parte de su castigo.
La comerciante afectada, oriunda de Cotopaxi, expresó su determinación de continuar con su negocio de manera honesta, confiando en la justicia divina para que la verdad prevalezca. En paralelo, los líderes comunitarios reiteraron su compromiso de mantener la seguridad en la región, advirtiendo que no tolerarán futuros actos de abigeato ni delitos similares.