La presencia de un mandatario en cualquier lugar de la República genera expectativas en la ciudadanía, porque naturalmente, se supone, llega con una agenda de trabajo programada con repercusiones positivas. De este plus del poder y de la democracia el expresidente Correa supo sacar el mayor provecho en función de su egolatría y vanidad. Solía hallarse como el pez en el agua para sus monólogos cansinos salpicados de insultos, descalificaciones y uno que otro “chiste” de mal gusto en medio de los aplausos prefabricados de una multitud de seguidores ad-hoc. Lo pudimos ver de lejos (porque los toros se miran mejor de lejos) el 21 de marzo de 2015 en el enlace 416 en la Concha acústica del parque Guayaquil (infantil).
La agenda presidencial de Lenín Moreno en la Sultana comprende tres aspectos: el encuentro nacional con las organizaciones sociales en el coliseo de la Unach, donde en un diálogo franco, abierto, sincero, instaurado como política de Estado, abordará temas de trascendencia nacional; la visita a un beneficiario de BanEcuador B.P. como un espaldarazo oficial a los pequeños emprendimientos generadores de fuentes de trabajo es otro tema de su agenda.
El tercer tema de la agenda presidencial se refiere a la ampliación a cuatro carriles de la vía Ambato-Riobamba, por la que circulan 20 000 automotores al día , proyecto, según el MTOP, concesionado a Panavial con una inversión de 57 millones que, en su primera fase comprenderá 18 km de longitud, obra que arrancará el próximo mes en el tramo La Andaluza para lo cual se ha priorizado un aporte de 10 millones para iniciar los trabajos, así como “4 millones para labores de expropiación y reubicación de servicios en la zona de Huachi, a la entrada del cantón Cevallos”.
Durante el régimen de Correa, en agosto del 2016, se anunció que esta arteria de 47 kilómetros contaría con cuatro carriles, iluminación y parterres centrales con una inversión de más de doscientos millones. Fue una noticia espectacular para Chimborazo y Tungurahua que pronto se esfumó.
Hoy, dada la seriedad que caracteriza a la palabra presidencial, el sueño de los chimboracenses de una vía moderna a cuatro carriles, pronto será una realidad…Y por el momento se olvidarán del mal estado de la vía Balbanera-Bucay.