LIBERTADORES
En un Rodrigo Paz Delgado repleto, el conjunto albo superó con claridad 2-0 al Sao Paulo en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, resultado que lo deja con ventaja para soñar con las semifinales, aunque deberá sostenerla en el Morumbí.
El equipo dirigido por Thiago Nunes entendió desde el inicio que este era un duelo para imponer condiciones y no dejar respirar al rival. La presión alta, la intensidad en la recuperación y la amplitud por las bandas fueron la receta que asfixió a un Sao Paulo irreconocible, que nunca encontró respuestas ante el asedio quiteño.
Liga no se guardó nada, los titulares dejaron todo, los relevos sostuvieron la dinámica y la hinchada cumplió su parte con aliento. El primer golpe llegó desde los pies de Bryan Ramírez, en su partido número cien con la camiseta universitaria, recibió un pase magistral de Gian Allala y definió con frialdad para abrir el marcador.
La celebración fue doble, por el gol y por lo que significaba en términos anímicos. El tanto derrumbó cualquier intento paulista de plantarse en Quito y elevó la confianza del “Rey de Copas”, que de ahí en adelante jugó con la convicción de que la noche era suya.
Sao Paulo, lució desordenado y frágil. La defensa no logró contener los ataques por las bandas y sufrió especialmente con la movilidad de los delanteros ecuatorianos. Robert Arboleda fue titular, pero se vio lejos de su mejor nivel, amonestado en la primera mitad, quedó en evidencia en varias acciones donde el desgaste físico le pasó factura.
El equipo brasileño reaccionó en los minutos finales, cuando ya el daño estaba consumado. El segundo gol fue la estocada que confirmó la superioridad de los albos. Michael Estrada, aprovechó la confusión defensiva del rival para castigar con un remate certero.
Su ingreso fue determinante, incomodó a los centrales, presionó la salida y terminó sellando el 2-0 que deja a Liga con ventaja y al rival en la obligación de remontar en casa.
