Por: Beatriz Viteri Naranjo
El Carnaval es una de las festividades más significativas a nivel mundial, tanto por su dimensión cultural como por su trasfondo histórico y religioso. Simboliza las diversas tradiciones, la libertad, la ruptura temporal de normas y el espíritu de comunidad. Aunque tiene un origen común en la tradición cristiana, ha sido adoptada y transformada de diversas maneras, según las costumbres de cada país o región.
El término Carnaval proviene del latín “carne levare”, que significa “quitar la carne” o “dejar la carne”, haciendo referencia a la costumbre de abstenerse de comer carne durante la Cuaresma; por lo tanto, tiene una connotación de despedida de los placeres terrenales y el inicio de un tiempo de reflexión y sacrificio.
El Carnaval es una manifestación de las diversas culturas y tradiciones de los países donde se celebra; desde los colores que destacan en los desfiles en Brasil, pasando por las máscaras y disfraces de Venecia, hasta las danzas y música de las festividades caribeñas, el Carnaval es un reflejo de la creatividad, identidad y diversidad de los pueblos. Cada región tiene sus propias tradiciones que enriquecen la festividad globalmente, haciendo que el Carnaval sea una amalgama de manifestaciones artísticas y culturales.
En su forma moderna, se celebran diferentes tipos de Carnaval que reflejan las influencias africanas, indígenas, europeas, entre otras. Cada comunidad celebra el Carnaval de manera única, lo que hace que el evento sea una verdadera amalgama de culturas, música, danza y gastronomía; por lo tanto, no solo celebra la diversión y el juego, sino también la riqueza de la herencia cultural de los pueblos.
En Ecuador es una de las festividades más esperadas y celebradas, que se realiza durante los días previos al Miércoles de Ceniza, el final del ciclo de Carnaval y el inicio de la Cuaresma, que es una época de preparación y purificación espiritual, cuyo propósito es ayudar a los fieles a vivir una vida más acorde con los valores cristianos, a través de la reflexión, el arrepentimiento y la renovación personal, todo ello en la espera y preparación para la gran celebración de la Pascua.
También tiene una gran relevancia económica, por cuanto, promueve el turismo, la venta de productos, servicios y eventos relacionados; las celebraciones masivas, conciertos, desfiles atraen, tanto a turistas nacionales como extranjeros, promoviendo la economía local. Cada región tiene sus propias tradiciones y actividades, lo que hace que el Carnaval en Ecuador sea muy variado.
En las comunidades indígenas del Ecuador es una celebración llena de simbología, historia y cultura; va más allá de la festividad popular, siendo una ocasión para fortalecer los lazos comunitarios, mantener vivas las tradiciones ancestrales y expresar la conexión profunda con la tierra y los elementos naturales. Tiene matices y características propias, pero todos comparten la intención de honrar la vida y la tierra.
Sin duda, es un momento de encuentro y celebración colectiva, donde los ciudadanos, independientemente de su clase social, se integran y participan activamente, se promueve y fortalece los lazos sociales y la solidaridad. Es un tiempo para disfrutar, compartir y vivir con intensidad la alegría de la vida. Es una oportunidad para desconectarnos de la rutina y conectar con nuestras culturas y tradiciones, pero siempre de una manera sana y respetuosa.
La verdadera magia del Carnaval está en la diversión sin excesos, en la convivencia respetuosa con los demás y en disfrutar de la cultura que nos rodea, sin poner en peligro nuestra salud ni la de quienes nos acompañan.
¡Disfrutemos de la música, los colores, los disfraces y la alegría, con responsabilidad!