Por: Mariasol Pons
La memoria es frágil. De acuerdo a la neurociencia, cada pedazo de información que el cerebro recuerda es editado en ese proceso de selección. A pesar del sesgo y la fragilidad, los hechos alimentan el recuerdo, por eso la historia importa.
Un documental sobre la familia Kim de Corea del Norte recuerda qué provocó la división de las Coreas en 1945 después de la ocupación japonesa. Una, la del norte, ocupada por los Soviéticos y otra, la del sur, por los estadounidenses. En el norte, se concentra en cómo fue Kim-Il Sung un líder coreano entrenado política y militarmente por la Unión Soviética. Fue Joseph Stalin quien decidió apoyarlo. Kim- Il Sung fue fortaleciendo su liderazgo con opresión y crueldad, en un contexto de ataques a Corea del Sur y una dinastía cuya historia está al alcance de todos, donde resalta la creación del culto de sus líderes y el total control de sus ciudadanos. Este caso de Corea del Norte, donde una familia ha controlado una nación de política comunista represiva durante 76 años marca el contraste con la Corea del Sur que ha privilegiado el modelo capitalista americano con otro set de valores. Hoy Corea del Sur ha hecho titulares porque su presidente declaró ley marcial y el país no se lo aceptó. La noticia está en desarrollo, por tanto no se puede concluir más que eso, que en ese país hay a posibilidad de decirle no al mandatario.
Regionalmente me lleva al modelo más opresivo y empobrecedor en América: el cubano, donde Fidel Castro y su hermano instauraron una dictadura comunista -alimentada de las luchas cubanas contra Estados Unidos- y lograron acaparar cada rincón del poder cubano durante 65 años. El Castrismo, formó al mejor aprendiz, Hugo Chávez, para formar el castrochavismo con su teoría del Socialismo del Siglo 21. Venezuela ya tiene 25 años de dictadura y todos somos testigos de la triste destrucción de esa nación así como el de la isla cubana. No puedo extenderme más, solo digo que la historia importa./ La Hora
