RECHAZO
Mientras en el discurso oficial se pregona apoyo irrestricto a los equipos ecuatorianos que representan al país en torneos internacionales, en la práctica, los clubes que lo hacen cargan con un calendario implacable, sin consideración ni flexibilidad.
Independiente del Valle y Mushuc Runa han levantado la voz. Y lo han hecho con una frase que desnuda el malestar: “No nos ayudan”. El calendario del fútbol ecuatoriano se ha vuelto una trampa para quienes trascienden fronteras.
Independiente del Valle, representante nacional en la Copa Libertadores, y Mushuc Runa, participante en la Copa Sudamericana, enfrentan a una estructura interna que, en vez de respaldarlos, les pone trabas.
La LigaPro, ente organizador del campeonato ecuatoriano, ha sido cuestionada por no reprogramar partidos solicitados por estos clubes, quienes acusan falta de voluntad y escaso compromiso institucional.
Ambos equipos coincidieron en la última semana en exigir públicamente una mínima muestra de apoyo, el simple hecho de correr por un día sus respectivos partidos del campeonato local, en función del desgaste acumulado por los compromisos continentales.
Sin embargo, el pedido ha sido ignorado o, en el mejor de los casos, desatendido. Los Rayados del Valle, jugarán este jueves ante River Plate en Buenos Aires por la Copa Libertadores, solicitaron que su encuentro ante Vinotinto FC programado para el domingo 18. se dispute el lunes 19, lo que les daría al menos 24 horas adicionales de recuperación.
El pedido se fundamenta en una razón deportiva, médica y lógica: cuidar el rendimiento del equipo y reducir el riesgo de lesiones. Santiago Morales, dirigente del cuadro de del Valle, explicó “Solicitamos a LigaPro que el partido de este domingo se juegue el lunes. Todavía no hemos recibido una respuesta.
Se habla mucho de apoyar a los equipos que participan en torneos internacionales, pero no hemos sentido esa ayuda”. Lo que exigen Independiente del Valle y Mushuc Runa no es un favor ni una excepción.
Piden coherencia. Reclaman planificación. Solicitan un mínimo de flexibilidad que les permita competir en igualdad de condiciones.
