En el Salón José María Román del MunicIpio de Riobamba, con la imposición de las bandas, se oficializaron las candidaturas de ocho jóvenes y bellas mujeres en camino de cumplir un sueño, una noble aspiración de ser Reina de la Sultana de los Andes. La joven, cuyas sienes serán engalanadas con el símbolo consagratorio de Reina de Riobamba, el próximo 7 de abril, pasará a ser el símbolo y paradigma de la mujer riobambeña, adornada de belleza, de talento, de sensibilidad social y presidirá las fiestas de la ciudad y los numerosos actos culturales, sociales y artísticos que se desarrollarán con motivo de los 196 años de la Batalla de Tapi.
Pero también llega a presidir, desde ese sitial de honor y privilegio, el trabajo fecundo y creador de los riobambeños con raudales de inteligencia y sencillez, galanura y donaire; a forjar la unidad de sus coterráneos, a ser parábola de esfuerzo y constancia en la consecución de las metas más altas y sinceras de la ciudad, a ser pionera de lucha y fortaleza del conglomerado social riobambeño.
En el año de su reinado, espacio para la generosidad del intelecto y del alma, de darse a los demás, de renunciamientos y siembra para la cosecha del espíritu, estará junto a su pueblo, codeándose con la niña del alba o la anciana del ocaso; estará para alentar a las mujeres abandonadas, traicionadas; estará cerca de las madres solteras, de las trabajadoras dentro y fuera de casa; de la quinceañera en formación y de la que fue deformada, prostituida.
Que su exultante presencia, que su figura fresca sea un estímulo permanente para los riobambeños en sus afanes de progreso.