ASCENSO
Está a punto de arrancar la temporada 2025 en la división más extensa y exigente del fútbol nacional “El Ascenso”, con más de 200 equipos en la lucha por dos cupos a la Serie B. Entre ellos, viejos conocidos del balompié ecuatoriano intentan salir del ‘infierno’ más complejo del país.

La Segunda Categoría, la tercera división del país, una competencia que cada año reúne en una batalla durísima a muchos equipos históricos ¿sólo dos ascensos? esa es la cifra que convierte al torneo en un auténtico campo de guerra deportiva.
Las posibilidades son mínimas, menos del 1% y el camino es largo, empedrado y desigual. Por eso, para muchos, caer a la Segunda Categoría es como descender al infierno. Y no es una metáfora exagerada: hay equipos con historia, con títulos nacionales en su vitrina, que llevan años atrapados en este laberinto sin encontrar la salida.
Este 2025, presenta a clubes que alguna vez animaron la Serie A, que llenaron estadios y que ahora, por diversos motivos (malas administraciones, crisis económicas o descensos deportivos) intentan salir desde el fondo del fútbol.
Uno de esos casos es el del Deportivo Quevedo, campeón nacional en 1971, que ahora milita en la Segunda Categoría de Los Ríos; Espoli, el equipo policial que alguna vez disputó torneos internacionales en la Segunda Categoría de Pichincha, a estos nombres se les suma dos equipos muy importantes en la historia y gestas deportivas del balompié nacional; Deportivo Quito, el quinto equipo más importante de Quito; y Centro Deportivo Olmedo, el equipo riobambeño más importante del centro del país.
Más allá del romanticismo de ver a clubes tradicionales luchar por su regreso, la Segunda Categoría también tiene enormes desigualdades estructurales. Hay equipos que viajan en autobuses propios y se concentran en hoteles, mientras que otros deben sortear ríos en canoa o pedir colaboraciones para pagar el transporte.