Por: Eduardo Díaz A.
La finalidad de este artículo, es poner en contexto, la significación de la cuestión del agua, en Ecuador, y la necesidad de concienciar sobre la adopción de medidas transversales y urgentes por la situación actual.
En el corto plazo, se requiere la ampliación de programas de trabajo, para identificar los factores multicausales, a fin de ampliar los análisis que impulsen una organización integral y eficiente, respecto de la captación de datos, el posterior acopio y la transparente información sistemática, a fin de cooperar con las decisiones públicas, en función de las capacidades de los privados.
Se requiere, desarrollar proyectos que preserven armónicamente la complementación de dos objetivos específicos; satisfacer la función social del agua (equidad) y facilitar su utilización productiva (crecimiento) para contribuir al desarrollo sostenible e integral del Ecuador.
Es de conocimiento global, la urgencia que requiere una gestión inteligente del agua, y ello conlleva el imperativo de cuidar su gestión, calidad, uso racional y, consecuentemente, proteger su ciclo natural y sus ecosistemas de las cuencas hídricas superficiales y subterráneas, así como expandir la eficiente prestación de los servicios y provisión de agua segura, tratamiento y evacuación de aguas servidas, y la acción tridimensional (espacio, tiempo, sociedad) sobre la prevención de inundaciones y sequías.
No existen políticas de calidad, si no hay, preliminarmente, la participación activa de la sociedad, las decisiones y la calidad democrática dependen en gran medida de la colaboración y la participación de los ciudadanos.
Las acciones ciudadanas son primordiales, y tienen que ser multidimensionales, para promover la integración social y el desarrollo de todo el constructo social.
La “Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible” reunida en Johannesburgo en 2002, identificó cinco cuestiones que debían recibir atención prioritaria, colocó al agua en primer término.
Tenemos una responsabilidad histórica y compartida, de conciencia, de acción, de preservar los recursos naturales, para generaciones futuras, hay que concretar propuestas razonables de políticas y acciones.
Cabe citar un extracto del poema del cuarto elemento:
“Y el tiempo irreversible que nos hiere y que huye, Agua, no es otra cosa que una de tus metáforas”. J. L. Borges (“Poema del cuarto elemento”, 1964).