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sábado, septiembre 20, 2025

La trampa de la Constituyente

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Por: Milica Pandzic

Desde su aprobación, la Constitución de 2008 ha sido vista por muchos como un obstáculo; y por otros como la raíz de todos nuestros problemas. La necesidad de convocar una nueva Asamblea Constituyente ha estado en discusiones políticas casi desde entonces. Y hoy, el presidente Noboa recurre a este comodín, a modo de salvavidas político. Sin embargo, la idea de una Constituyente es una trampa, en más de un sentido.

Primero, y lo más evidente, una nueva Constitución no resolverá mágicamente las crisis que el país enfrenta. La Constitución, aunque importante, no es autosuficiente. Requiere de instituciones imparciales e independientes que respeten y ejecuten su mandato. Y aunque las tuviéramos, los problemas sociales exigen además la ejecución de políticas públicas integrales y técnicas, que den respuestas tanto en el corto como el largo plazo. Esto compete en gran parte al Ejecutivo, que hoy no tiene mayor obstáculo para diseñarla y ejecutarla, especialmente con la Asamblea Nacional a su favor.

Segundo, es un proceso que podría tardar hasta un año en completarse. Tiempo en el que, los esfuerzos de nuestro Presidente estarán enfocados en la redacción de esta nueva Constitución; restándole así atención y recursos a donde realmente deben ir: a atender las crisis que aquejan a los ecuatorianos, especialmente la crisis de inseguridad. El enfoque político cambiará completamente, centrándose en el debate constitucional como prioridad.

Finalmente, hay una peligrosa declaración en la intención de llamar a una Asamblea Constituyente, al insinuar que la Corte Constitucional tiene al país “en un secuestro institucional”, mientras que el Presidente evade su responsabilidad política al haber impulsado preguntas para la consulta y leyes redactadas de una forma deficiente e inconstitucional. Esta es una declaración con tintes antidemocráticos y un peligro para nuestros derechos. Además abre la posibilidad de usar una nueva constitución como herramienta para ampliar los poderes del Ejecutivo fuera de los límites sanos de una democracia.

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