La lactancia materna es una etapa vital para el desarrollo de los bebés, y en Ecuador, la ley reconoce su importancia otorgando a las madres trabajadoras una serie de derechos que buscan facilitar esta práctica sin afectar su desarrollo profesional.

Según el Artículo 155 del Código del Trabajo, durante los 15 meses posteriores a la finalización de la licencia por maternidad, la jornada laboral de la madre lactante será de seis horas, ajustándose a sus necesidades. Esto permite equilibrar el rol de madre con las responsabilidades laborales, favoreciendo el bienestar tanto del niño como de la madre.
Además, dentro de esta jornada reducida, la madre tiene derecho a un permiso de hasta 20 minutos por cada dos horas de trabajo para amamantar o extraerse leche. Este tiempo debe utilizarse exclusivamente para ese fin y debe realizarse en una Sala de Apoyo a la Lactancia Materna.
Es importante destacar que estos minutos no son acumulables, no pueden usarse como salidas anticipadas, y no se descuentan del sueldo ni de las vacaciones, como lo ratifican los artículos 8 y 9 del Acuerdo Ministerial 0266-2018 del Ministerio de Salud Pública.
“Nuestro compromiso es garantizar que cada madre trabajadora conozca sus derechos durante el periodo de lactancia. Por eso, informamos y orientamos sobre sus obligaciones, ayudamos a preparar un Plan de Uso de la Sala que respete los tiempos que tenía con su bebé, y llevamos un control responsable a través de la Ficha de Uso. De esta forma, creamos un entorno laboral empático y respetuoso con la maternidad.”
menciona Fredy Duque, jefe de Talento Humano de Andalucía.
Implementar estos cambios con éxito implica:
Habilitar espacios adecuados para la lactancia: limpios, seguros y privados.
Reorganizar jornadas laborales para permitir el tiempo de lactancia sin afectar la productividad.
Capacitar a líderes y equipos sobre el enfoque de corresponsabilidad y derechos laborales.
Fomentar la empatía como parte de la cultura organizacional.
Cuando las madres reciben apoyo para continuar con la lactancia en el trabajo, no solo se benefician ellas y sus hijos, sino también las organizaciones que promueven una cultura laboral saludable, inclusiva y humana.