La participación de las dos mujeres candidatas, ambas de apellido González, aunque con posturas y estilos marcadamente diferentes. Luisa González, representante de la Revolución Ciudadana (RC), inició su intervención con un tono emotivo, recordando los nombres de los cuatro niños de Las Malvinas.

Su discurso, cargado de empatía, buscó conectar con la audiencia, pero careció de precisión al no explicar explícitamente que se refería al caso de los menores desaparecidos en diciembre, cuyos cuerpos fueron hallados en Taura, calcinados y desmembrados. Por su parte, Andrea González, candidata de Sociedad Patriótica y exbinomio de Fernando Villavicencio adoptó un enfoque combativo.
Durante todo el segmento, cuestionó las acciones y omisiones del correísmo, convirtiéndose en una de las principales críticas de su contrincante. Desde el inicio, González denunció que la ruta marítima ecuatoriana se ha convertido en una autopista para el tráfico de cocaína, señalando que el país está en camino de consolidarse como un narcoestado.
Mientras Luisa González apeló a la emoción y a la conexión con las víctimas, Andrea González centró su discurso en atacar frontalmente las políticas del pasado y en subrayar la urgencia de tomar medidas drásticas contra el crimen organizado. Sus intervenciones, cargadas de alusiones directas, no solo buscaron exponer fallas en las gestiones anteriores, sino también posicionarse como una alternativa firme frente a la inseguridad y el narcotráfico que aquejan al país.
Este contraste de estilos y enfoques dejó en evidencia las diferencias entre ambas candidatas, destacando la seguridad como un tema que no solo divide opiniones, sino que exige soluciones claras y contundentes en el futuro liderazgo de Ecuador.