Luego de finalizar el año lectivo 2024-2025, miles de estudiantes del Régimen Escolar Sierra y Amazonía, entran al período vacacional que conlleva una nueva rutina diaria en los hogares durante dos meses de verano. Hay un buen número de familias que planifican con anticipación este tiempo de ocio para los niños y adolescentes y organizan viajes de turismo nacional e internacional; visitas a familiares e inclusive, en muchos casos, los involucran en faenas hogareñas o ligadas a ciertas responsabilidades laborales. Otro sector de padres de familia, busca para sus hijos los infaltables cursos vacacionales de la más variada índole que se ofertan profusamente por esta temporada.
Lo importante es que la niñez, la adolescencia y la juventud estudiosas hagan buen uso del tiempo libre en actividades recreativas y creativas; no necesaria o exclusivamente en la televisión o en las tecnologías de la información y comunicación. Tampoco el vacacionista infantil, adolescente o juvenil debe ser atosigado, presionado a cumplir actividades relacionadas con el currículo escolar, pues precisamente el periodo vacacional, se supone, es un lapso de descanso, recuperación y alejamiento momentáneo de las obligaciones académicas. Aunque leer un buen libro, sin presión, espontáneamente, no le quedaría mal a nadie, menos a la generación joven; así como ver buen cine en familia. Pero, siempre hay que tener presente que el ocio y el mal uso del tiempo libre serán siempre amenazas peligrosas que acechan a cada instante a estos segmentos de la sociedad; pues, las drogas y los vicios no se dan vacaciones.
En conclusión, las vacaciones estudiantiles desempeñan un papel crucial en el desarrollo integral de los jóvenes. Además de proporcionar un merecido descanso, las vacaciones permiten a los estudiantes explorar nuevos intereses, desarrollar habilidades sociales, reflexionar sobre su progreso académico y mejorar su bienestar físico y mental, fuera del entorno educativo habitual.
